
Anoche empatamos 2 a 2 ante Corinthians en Sao Paulo, y logramos la merecidísima clasificación a Cuartos de Final. Sufrimos, pudimos haber perdido, pudimos haber ganado, pero de lo que no hay duda es que en los 180 minutos fuimos más que el timorato equipo paulista.
La clave de ayer fue que salimos a buscar el gol de entrada (ese gol de visitante que era más que necesario para obligar al rival a ganar sí o sí el partido), en lugar de ir a defendernos y a ver qué pasaba.
Cierto es que Corinthians tuvo la primera chance de gol del partido, pero igualmente en los primeros 10-15 minutos fuimos más nosotros. Hicimos el gol (gracias a una pelota que peleó López para lograr mandarla al área, un cabezazo de Ramírez y el esfuerzo de Barcia para desviarla ante la salida del arquero, lo cual posibilitó que López tomara el rebote y mandara a las redes la pelota), y pudimos hasta haber hecho alguno más. El rival estaba desconcertado, nosotros mandábamos en el medio, y los de arriba volvían locos a los despistados defensas rivales.
Luego Corinthians tomó el control del partido y nos llegó con peligro un par de veces, apelando a dos jugadas: paredes por el medio, a espaldas de Romero y Porras, y juego por el lado de Espino (nuestro punto débil de siempre). Y el gol del empate llegó pronto: pelota a espaldas de Espino, Polenta tuvo que salir, la pelota fue al medio del área, Victorino se resbaló (todos sabíamos que la cancha iba a estar mojada, lo dijeron hasta en las redes sociales, en TV, en todos lados; pero aún así los nuestros -y alguno de ellos, justo es decirlo, también- no pararon de caerse, de resbalarse), y en el entrevero, 1 a 1.
El partido entonces pareció hacerse cuesta arriba, pero Corinthians no generó demasiado. Otro par de paredes, y tiros lejanos que no inquietaron a Conde. Y cerca del final tuvimos la gran chance de hacer el 2 a 1: Barcia robó la pelota, la abrió a López, éste centreó y Barcia cabeceó por arriba del arco, cuando Cássio salía desesperadamente a no encontrar más que aire.
Así se fue el primer tiempo: 1 a 1 y dejando la sensación de que estábamos bien, aun cuando defensivamente no nos imponíamos. Daba la sensación de ser un partido abierto, de que ellos nos generaban peligro, pero nosotros también los lastimábamos cada vez que salíamos bien del fondo.
El segundo tiempo fue un poco diferente. Salimos más retrasados en la cancha, con Porras y Romero recostados más sobre la línea de fondo, y con Ramírez y Barcia también más retrasados, intentando ayudar a Espino y a Fucile (quienes defeccionaron durante todo el partido, no parando a nadie jamás). Corinthians, por su parte, dejó de buscar por el medio y apostó casi exclusivamente a atacar por el lado de Espino y mandar centros, o a pelotazos cruzados a espaldas de un Fucile que, especialmente con la entrada de Romero, sufrió muchísimo por arriba, por abajo, en velocidad y en el mano a mano.
Pero no había sucedido demasiado cuando en el primer contragolpe encontramos el 2 a 1: corrida por izquierda, Fernández se jugó la individual por el medio, tiró algo débil pero esquinado, Cássio dio rebote, y el Colo Romero mandó a guardar la pelota con tiro mordido pero preciso.
Y realmente ahí dio la sensación de que teníamos el partido en el bolsillo. Corinthians inquietó por arriba, con cabezazos (uno a quemarropa del paraguayo Romero, que Conde sacó del ángulo casi) y poco más. A nosotros nos faltó un poco de piernas frescas (la entrada de Tabó, como generalmente, no aportó demasiado) y no sacamos contragolpes peligrosos más que en alguna ocasión, sin llegar a inquietar al arquero rival; y cuando parecía que todo ya estaba liquidado, Polenta hizo un penal.
Fue entonces que Conde se recibió definitivamente de héroe del partido, atajando el tiro (en realidad, su mérito fue poner nervioso al rival, porque el tiro en sí fue lamentable); pero no puedo decir que con ello se liquidó el partido, porque pasada la hora Polenta volvió a hacer un penal (por mano) que esta vez Conde no pudo atajar, y ya en la última jugada, el paraguayo Romero erró un gol bajo el arco por pegarle con la pierna menos hábil.
Al final, justo es decirlo, ligamos. Tuvimos esa cuota de suerte que tantas otras veces nos ha faltado no sólo en lo internacional, sino en lo local también. Pero, como dije al principio, pasamos más que merecidamente a Cuartos de Final, porque en los 180 minutos fuimos más que Corinthians. Fuimos muy superiores en el Parque y, aunque quizás debimos perder ayer, el rival erró los goles que nosotros erramos en la ida.
Formamos con Conde (la figura, con una tapada muy buena en el primer tiempo, y 3 ó 4, más un penal, en el segundo); Fucile (horrible partido, especialmente en el segundo tiempo), Victorino (el primer tiempo se vio opacado por el error en el gol de ellos; pero levantó en el segundo tiempo), Polenta (gran partido, opacado por dos penales innecesarios que pudieron costarnos caros) y Espino (jugaron por su lado todo el partido, por suerte Ramírez lo ayudó lo suficientemente bien, porque pudo haber sido un desastre); Barcia (buen primer tiempo, tanto en la marca como subiendo; en la segunda mitad se fue cansando y no rindió igual), Romero (bien en la marca, especialmente en el segundo tiempo, tirado más atrás; se dio el lujo de subir un par de veces y hasta de marcar un gol, más no se le puede pedir), Porras (el mejor en el medio, especialmente en el primer tiempo, marcando correctamente; en el segundo auxilíó varias veces a los zagueros, apagando cualquier incendio) y Ramírez (notable en la marca, fue mejor lateral que Espino; en el segundo tiempo estaba muerto, pero siguió corriendo); Fernández (flojo partido, se lo vio perdido en el primer tiempo, y en el segundo apenas hizo la jugada del gol, y poco más) y López (la pesadilla permanente de la defensa rival). Ingresaron Carballo (no entró bien, hizo una falta innecesaria al borde del área, entró poco en contacto con la pelota), Tabó (no hizo mucho, entró fresco pero no se notó, no ayudó a Fucile ni se puso el equipo al hombro sacando contragolpes) y Eguren (jugó 5 minutos en los que sólo hubo dos centros y un penal; no entró en juego).
Como se desprende de mis comentarios sobre la actuación de los jugadores, creo que la defensa tuvo un partido lamentable, y eso hay que corregirlo. Ganamos, estamos felices, jugamos mejor que el rival, tuvimos muchos puntos altos, el equipo dejó todo y más en la cancha, pero no podemos desconocer los graves problemas defensivos que tuvimos y que generalmente tenemos (especialmente en lo individual, y en los laterales: ayer ni Espino ni Fucile pasaron al ataque, y aún así no pararon a nadie en el fondo). Hay que trabajar en eso estos próximos días, para mejorar de cara a la seguidila de partidos clave que se nos viene: Racing, Boca (o Cerro Porteño) y el CAP.
Gracias a los jugadores por esta victoria, por dejarlo todo, por ir al frente y maniatar a un rival que es el más fuerte del Estado más fuerte del país más fuerte de Sudamérica. No es poco. Ahora a seguir trabajando, a ir paso a paso, partido a partido, ¡y a buscar la gloria local e internacional!
El domingo jugamos contra Racing en el Parque y hay que ganar o ganar para seguir vivos en el torneo local.
Vamo' Nacional!
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