
En la helada noche de ayer empatamos en casa 0 a 0 ante Corinthians, en el partido de ida de los Octavos de Final de la Copa Libertadores.
El partido fue tenso, y creo que en el global merecimos ganar; pero volvió a faltarnos el gol. No fuimos nada del otro mundo, no generamos más que 4 chances de gol (en serio, fueron 4), pero dominamos casi completamente a un rival que fue a buscar el empate y en definitiva lo encontró.
Ya al minuto de juego, tras centro por la izquierda (honestamente no sé si de Espino o de alguien más), Ramírez se perdió un gol increíble recibiendo la pelota en el área chica. Le faltó instinto asesino. Alma de 9. Y más que definir al arco, entretuvo la pelota (es cierto que recibió de espaldas, pero igual) y terminó perdiéndola en medio de un entrevero más digno de rugby que de fútbol.
No mucho después (calculo que a los 15 minutos), Nico López tuvo la chance más clara, tras notable pase de Fernández por encima de la defensa; pero el diente, al encarar a Cassio -el arquero rival- definió ancho y la pelota se fue afuera. Ya van varios partidos en el que nuestro número 9 anda con la pólvora mojada y no sólo no hace goles (más que uno de penal), sino que no le acierta al arco siquiera.
Luego de eso Corinthians controló mejor las acciones, con buen toque en tres cuartos de cancha y, aunque no nos generó oportunidades de gol, sí se acercó a nuestra área. Nos costó bastante recuperar la pelota en el medio en esos pasajes de la primera mitad, pero por suerte ellos no anduvieron certeros en el último pase y, o nos regalaron la pelota o nuestros zagueros interceptaron bien. Las pocas veces en las que los delanteros brasileños sí recibieron en el área, hubo buenos esfuerzos defensivos (especialmente de Polenta) para evitar remates de gol.
En el segundo tiempo el partido fue diferente. Si bien nosotros fuimos más desprolijos que en el primer tiempo (tocamos menos la pelota y buscamos más los pelotazos largos), metimos al rival contra su arco. Fue un poco de presión nuestra y postura de ellos lo que llevó el partido a jugarse sólo en su cancha, hay que decirlo, pero lo cierto es que tuvimos la pelota casi todo el tiempo y ellos jamás sacaron un contragolpe peligroso.
Nos faltó, de todas formas, el pase final; ya que no generamos casi nada de riesgo. En globoesporte (página brasileña) se habló de cierta incompetencia o incapacidad nuestra para generar riesgo; y aunque las palabras suenan duras, no dejan de ser ciertas: salvo dos centros desde la derecha que terminaron con cabezazos de Fernández y de Victorino, ambos muy bien tapados por el arquero rival, no generamos chances de gol.
El partido se terminó yendo lentamente con un 0 a 0 que cada vez parecía más inamovible, y de cierta forma ambos equipos festejamos: ellos porque no perdieron de visitantes, y nosotros porque con el 0 a 0 un empate con goles en Sao Paulo nos deja en Cuartos de Final.
Formamos con Conde (sólo tuvo que atajar una pelota peinada por el Colo en un tiro libre, que le cayó en las manos, y nada más); Fucile (correcto partido en la marca, tuvo algún error impropio de él en las subidas y la entrega en la segunda mitad -dígase que el rival jamás quiso contragolpear, o pudieron costarnos caros-), Victorino (buen partido en general, con alguna subida, buen juego aéreo y oportunos quites), Polenta (como siempre, lo más sólido atrás y con alguna subida) y Espino (buen partido en general, le faltó subir un poco más, pero cumplió bien en el fondo y eso es importante); Romero (no tuvo un gran primer tiempo, pero mejoró en el segundo, marcando e intentando llevar al equipo adelante) y Porras (fue el volante tapón; sufrió algo en el primer tiempo con el toque brasileño, pero, al igual que el Colo, mejoró en el segundo tiempo y fue el motor del equipo en el medio); Barcia (le costó superar a los rivales, pero tuvo un par de centros interesantes, y su labor en el medio fue fundamental en la marca), Fernández (el desparpajo de siempre, un par de pases buenos, fue una amenaza permantente para la defensa rival, pero le faltó peso en el área -pese a que cabeceó una buena pelota, algo raro dada su altura- y además se fue quedando sin pilas) y Ramírez (bien volanteando y marcando, buen primer tiempo en ataque, pero se apagó ofensivamente en la segunda mitad -Munúa no hizo cambios, pero de haberlos hechos, debió ser el primero en salir-); y López (mostró su clase, tuvo algún par de errores en la entrega o en la tenencia, y sigue peleado con el gol; pero es nuestra carta más peligrosa y hay que tenerle paciencia: ya van a volver los goles -esperemos que en el Clásico-).
En definitiva, la sensación que dejó el partido fue que fuimos más que el rival y que merecimos ganar. Resta saber si la pálida imagen que dejó el Corinthians fue gracias a nosotros o por diseño o mal partido de ellos. Seguramente el partido en Sao Paulo sea totalmente diferente a este, seguramente muestren algo más ofensivamente, pero tengo la convicción de que si hacemos un partido inteligente y con la misma intensidad que ayer, podemos vulnerarlos y pasar a Octavos de Final.
Antes que eso, el sábado, jugamos contra Sud América y hay que ganar o ganar para seguir rumbo al bicampeonato.
Vamo' Nacional!
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