Victoria complicada

Ayer derrotamos a Juventud 3 a 2 en un partido sumamente disputado, con dos tiempos bien diferentes. En el primer tiempo dominamos el juego, aunque con poca profundidad, ante un rival que no hizo más que esperarnos ordenadadamente; y un segundo tiempo donde cambiamos golpe por golpe y pudimos vencer 3 a 2, apretadamente, porque al final se nos vinieron encima buscando el empate.

El primer tiempo se hizo tedioso. Fue preocupante cómo el equipo volvió a mostrar inoperancia en las cercanías del área. Nacho González tuvo la primera chance de gol, cabeceando viniendo de atrás tras centro de Barcia, pero la pelota rebotó y se fue al córner (a esas alturas, el volante ya estaba lesionado y fue remplazado por Amaral poco después, quien, aunque terminó haciendo bien las cosas en ese primer tiempo, le costó varios minutos entrar en juego), y Abero fue el otro que tuvo alguna posibilidad, con dos chances de gol, una desperdiciada por no querer definir, y la otra atajada por el arquero, mal definida. Poquito, casi nada, de los nuestros.

Juventud, en tanto, apeló a contragolpes vía pelotazos a Alonso y Puerari y tuvo dos o tres tiros al arco no muy peligrosos desde el borde del área.

Un desastre de partido en esa primera mitad.

El segundo tiempo fue diferente. Juventud hizo cambios y empezó mejor. Con la velocidad de Boselli complicó nuestra banda derecha (donde Fucile hizo agua, pero además subió mucho y mal y bajó poco, dejando 60 metros a sus espaldas que eran campo fértil para los contragolpes), y a los 5 minutos llegó el 1 a 0. Un horror la defensa, además, que cuando el carrilero descargó al medio fueron todos a marcar al mismo, dejando solo a un jugador por derecha... éste remató, Conde dio rebote y a buscar la pelota a las redes.

Poco después casi llegó el segundo de igual manera: Fucile perdió la pelota, larga carrera por el carril... y por suerte el centro fue malísimo. El partido parecía tomar rumbos complicados a esas alturas.

Por suerte Munúa puso a Papelito Fernández (por Barcia, una vez más inoperante por la punta), y en pocos minutos dimos vuelta el encuentro. A los pocos segundos Barbaro recibió en el medio, la cedió muy bien a Abero por izquierda, centro rasante y Papelito, llegando como 9, la cruzó bien e hizo el empate. Seguimos buscando el gol luego de eso, pero nos costó generar peligro (apenas una llegada de Barbaro por el medio tras pase de Alonso, quien picó muy bien por derecha -los de arriba se movieron mucho sin posición fija en el ataque, eso fue algo bueno-); hasta que cerca de los 20, tras un tiro libre ejecutado no muy bien por Amaral desde la derecha, otra vez Fernández conectó y la mandó a guardar, con la complicidad del arquero Carini.

Lo que parecía tomar un rumbo difícil, de pronto pareció hacerse fácil; y más cuando 6 minutos después, tras la salida de un córner, y una segunda jugada con centro de Amaral al segundo palo, Alonso recibió solo y, aunque definió mal (un globito que despejó Carini), apareció Barbaro para conectar el rebote y mandar la pelota a las redes.

Pero, nuevamente, lo que pareció fácil se complicó en los minutos finales. Juventud descontó inmediatamente con un pase entre líneas y gran definición cruzada de Puerari y Juventud apretó hasta el final, sin generar mucho, pero metiéndonos en nuestro arco.

Para colmo de males, el mandadero de turno (algunos le llaman "árbitro", pero creo que "mandadero" es un término más adecuado) expulsó insólitamente a Porras, por una falta tonta que apenas quizás merecería amarilla, y más considerando que en los minutos anteriores había habido golpes fuertes de ambos equipos y él no mostró ninguna tarjeta o apenas amarillas. Apuntó a Porras, y lo sacó del próximo partido. Mis felicitaciones al mandadero, por el mandado cumplido.

En los minutos finales lo único que apelamos a hacer fue a defendernos y buscar faltas en la salida. Alonso generó un par de faltas que luego jugó para intentar cuidar la pelota, pero no pudo (eso es otro defecto que tiene nuestro plantel: que Alonso sea el "habilidoso" que debe dormir la pelota y buscar faltas es casi caricaturesco); pero por suerte a Juventud le faltaron ideas y precisión, se puso nervioso cuando pisó nuestra área y no generó demasiado peligro.

Pero no fue un buen partido nuestro, hay que decirlo. Nadie brilló individualmente (Amaral, quizás, y algo de Abero, lo mejor del equipo), y en lo colectivo seguimos sin saber qué queremos hacer con la pelota. Al menos en el gol del empate se vio algo coherente, una habilitación en profundidad y un pase en el área a un jugador que atacó el espacio vacío; pero sigue siendo muy poco, y más viendo que el resto de los 90 minutos no generamos peligro alguno sobre el arco rival, y no precisamente por los dotes defensivos rivales, sino por errores propios.

Entre semana iremos a buscar el milagro a Bogotá, y el domingo próximo recibimos a Cerro en el Parque Central, y hay que ganar o ganar ambos partidos.

Vamo' Nacional!