Ayer derrotamos a Cerro 4 a 3, en un partido intenso, de ida y vuelta y a puro gol, en el que quizás no jugamos como lo veníamos haciendo, pero sí mostramos un buen rendimiento ofensivo... a la vez que un pésimo rendimiento defensivo.
Cerro se puso en ventaja de entrada, con un quedo defensivo en un córner (que, dicho sea de paso, no fue) y una dubitativa salida de Conde.
Eso hizo que el equipo buscara el arco rival más apurado que de costumbre, de forma más vertical, sin tanto toque lateral y tenencia de pelota. Tal desprolijidad, sin embargo, hizo que llegáramos más sobre el arco rival en comparación a otros partidos. Hubo un buen trabajo de Barbaro por izquierda, y algunas subidas interesantes de Romero por derecha.
Cerro aprovechó igualmente la desprolijidad de los nuestros, el pésimo rendimiento defensivo de ambos laterales (Espino perdió muchas pelotas y se lo vio saliendo a marcar a destiempo; en tanto Fucile simplemente retrocedió muy lento, regalando constantemente sus espaldas), así como la falta de Porras (Eguren hizo un buen papel de 5 en cuanto a lo posicional, pero se notó su lentitud) y generó un par de contragolpes peligrosos, aprovchando la velocidad de sus dos delanteros y el buen juego de Nano Ramos.
Nosotros recién llegamos al empate a los 27 minutos por medio de un dudoso penal (unos minutos atrás hubo un claro penal contra Eguren no cobrado), bien ejecutado por Alonso.
El resto del primer tiempo transcurrió igual: nosotros presionando arriba y buscando a Alonso constantemente, y Cerro contragolpeando con peligro; pero el marcador no se movió. Lo único que puede destacarse es la lesión de Fucile, que motivó la entrada de Otormín al medio y el paso de Romero al lateral. El cambio, que pareció ser ofensivo, resultó inocuo, por el mal partido de Otormín y por una rápida amarilla (absurda, injustificada) a Romero, que lo llevó a cuidarse el resto del encuentro.
En el segundo tiempo, cuando ninguno de los dos equipos se había acomodado, llegó el 2-1 nuestro. Un gran pase de Eguren a Alonso, quien picó como siempre entre los zagueros, y definió con un notable globito. Ya se ha dicho en este blog que, no importa cómo juguemos, nuestra arma más peligrosa son los piques de Alonso y está en el pasador la virtud o no de habilitarlo bien.
Con el partido 2 a 1 Cerro pareció acusar el golpe y nosotros los apretamos bien, especialmente por izquierda, con Barbaro y algún intento (infructuoso) de Espino; pero la ilusión de superioridad no duró nada, ya que Cerro empezó a jugar a espaldas de Romero (aprovechando su amarilla y la lentitud de Aja), y nos generó tres chances de gol hasta finalmente empatar a los 15.
Con el 2 a 2 el juego se hizo de ida y vuelta. Ataque por ataque, Cerro con alguna chance más clara de gol que nosotros, hasta que a los 25 Amaral le metió un gran pase a -nuevamente- Alonso, y éste se la bajó notablemente a papelito Fernández para que llegara el 3-2. Y poco después, otra vez Alonso (la figura del partido), peleó y aguantó una pelota como puntero derecho, se la dio a Barbaroo dentro del área, éste enganchó y le pegó un bombazo (de esos que nadie salvo él -y quizás Amaral- nadie más en el plantel puede realizar) y clavó el 4 a 2.
El partido pareció estar liquidado, pero Cerro se fue arriba con todo, tuvo un par de chances de gol claras (aunque nosotros, de contragolpe, también tuvimos un par aún más claras), y a 8 del final encontró el descuento por un dudoso penal de Espino (en una confusa jugada en la que medio equipo pensó que el juezo iba a detener el juego porque había un hombre caído).
Por suerte luego de eso no pasó demasiado, porque nosotros estábamos mal y cansados, y el partido se fue muriendo de a poco con ese 4 a 3.
Jugamos con Conde (tuvo dos buenas tapadas en el primer tiempo, pero creo que en los dos primeros goles de Cerro cerró mal el arco, y tuvo también un rebote largo innecesario en la primera mitad, así que sigue sin brindar seguridad); Fucile (mal partido, poco en ataque, nada en defensa), Aja (metió como un caballo, pero no pudo disimular su lentitud), Polenta (un par de buenos quites, pero nada del otro mundo, se contagió en una defensa que hizo agua por todos lados) y Espino (el peor partido suyo desde que está en Nacional, ya se habló al respecto antes); Eguren (habló mucho, intentó ordenar el equipo -aunque el resultado no fue lo mejor- pero le faltó mucho en la marca para suplir correctamente a Porras) y Romero (chispazos y poco más, terminó cansadísimo y encima con amarilla, siendo superado constantemente en el lateral cuando pasó al lugar de Fucile, y hasta pudo haberse ido expulsado por una dura falta cuando íbamos 3 a 2); Fernández (movedizo y luchador; impreciso pero un constante azote para la defensa rival), Amaral (buen partido en general, un par de chispazos de calidad, pero su principal virtud fue la entrega en la marca cuando Munúa lo pasó de doble cinco tras la lesión de Fucile; notable esfuerzo en ese sentido, sólo falta pulir un poco más el tiro y será una gran arma para el equipo) y Barbaro (de lo mejor arriba, quiso siempre, bajó, buscó triangular con Espino, y con Amaral y Alonso; fue de lo mejor arriba y decoró su actuación con un gran gol); y Alonso (la figura de la cancha con dos goles, buenas corridas por derecha, mucha solidaridad y dos asistencias). Ingresaron Otormín -por Fucile- (mal cambio, mal partido, nunca se sintió cómodo volanteando por derecha), Barcia -por Fernández- (casi no entró en juego) y Abero -por Barbaro- (ídem).
En definitiva, fue una gran victoria, signada por una aceptable labor ofensiva y una pésima labor defensiva. Se notó la ausencia de Porras, pero hubo un gran rendimiento de Alonso, más que bien acompañado por Barbaro, Fernández y Amaral. Hay que seguir mejorando, ver qué hacer con las salidas por bajo cuando nos presionan, y buscar más verticalidad, así como practicar mucho los centros. Queda mucho por hacer, pero estando primeros, debería ser más fácil trabajar para alcanzar el mejor nivel posible en la recta final del torneo.
El sábado jugamos contra El Tanque en Florida, y hay que ganar o ganar!
Vamo' Nacional!
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