El sábado empatamos en Florida contra El Tanque 1 a 1, pero, gracias a los resultados de ayer domingo, no sólo mantenemos la punta en solitario del Torneo Apertura, sino que además hemos estirado la ventaja a tres puntos.
Pero no hay que engañarse, jugamos mal. Muy mal, y merecimos perder el partido.
Que las últimas dos chances de gol (un tiro de Amaral desde el borde del área atajado notablemente por Gelpi, y un remate de larga distancia de Espino que pasó cerca del ángulo) hayan sido para nosotros, no quiere decir que hayamos estado más cerca de la victoria que el rival. La realidad fue todo lo contrario.
Los primeros veinte minutos fueron parejos, con cierta superioridad nuestra gracias a mayor tenencia de balón, pero con un equipo rival que se mostró respondón y casi cambió ataque por ataque. Nuestro mediocampo birlló por su ausencia, con escasa participación de Eguren y un mal regreso a las canchas de Porras, así como una intermitencia muy marcada en el juego de Amaral, que apareció a cuentagotas.
Nuestras mejores armas fueron los pelotazos a Alonso y Fernández y, aun pese a eso, cuando llegó el gol (Amaral la peleó contra todos en el área, la perdió, pero la pelota derivó en papelito, quien la colgó en un ángulo) el resultado era justo. Íbamos ganando bien.
Entonces El Tanque empezó a presionar y poco a poco hizo méritos para empatar.
Alrededor del minuto 35 se dio un doble momento clave del encuentro: primero Papelito Fernández erró un mano a mano increíble en un contragolpe (con el agravante de que Alonso venía solito por el medio y no le pasó la pelota) y en la jugada siguiente hubo penal para El Tanque. Conde atajó el remate y el partido continuó 1 a 0, pero en lugar de bajonearse, el equipo "local" pareció sacar mayor rebeldía tras el penal errado y nos metió contra un arco los minutos finales de la primera mitad.
El 1 a 0 en el entretiempo se explicó especialmente por las grandes atajadas de Conde, figura indiscutida.
Ni bien empezó el segundo tiempo, una jugada que se repitió durante todo el partido terminó con el empate rival. Bombazo hacia el sector de Espino, el lateral llegó tarde a la marca, pase entre líneas, desborde, centro/arco que Conde da rebote y gol de Callorda entrando solo por el medio, descuidado por Romero cuando toda la defensa debió moverse a la izquierda ante la rápida jugada rival (Polenta perdió en velocidad y Gorga fue a cerrar el tiro, dejando al 9 rival solo, con Romero mirando).
El partido se complicó muchísimo luego de eso, porque nos abrimos un poco y en el intercambio de ataques El Tanque tuvo muchas más situaciones de gol que nosotros. Recuerdo una jugada en la que nuevamente Romero se durmió y un jugador llegó solito a definir contra Conde pero terminó pasándosela débil a las manos y un contragolpe cerca del final en el que Romero se redimió cortando como último hombre cuando venían tres rivales para definir de cara a nuestro arquero (por suerte el rival la pasó hacia donde estaba el Colo y no hacia el otro lado, donde venía uno solo).
Nosotros tuvimos sólo tres chances de gol en esa segunda mitad: las ya mencionadas pasada la hora de Amaral y Espino y un remate de Abreu cuando éste recién había ingresado, que mandó a las nubes. Hubo otros intentos, pero ninguno realmente claro o peligroso.
La defensa fue un espanto y realmente pudimos y debimos irnos con derrota de ese partido.
Formamos con Conde (la figura, tuvo un gran partido, aun cuando el gol rival fue parcialmente error de él, tirando al medio una pelota que se iba ancha -claro que no podía saberlo nunca-); Romero (flojito, nada subiendo, distraído en las acciones defensivas en el área), Gorga (un par de quites en el primer tiempo, pero no brindó seguridad), Polenta (varios quites, pero solo no puede contra todos) y Espino (horrible partido, un cero en ataque y un menos uno en defensa... hace varios partidos que viene mal, contra Cerro había sido espantoso, pero el sábado fue mucho peor... el rival jugó a tirar la pelota contra su lado y lo superaron constantemente, en parte por su tendencia a cerrarse contra Polenta, en parte por su baja estatura cuando lo buscaron por arriba y en parte porque no anda bien en los cierres); Eguren (no hizo nada que recuerde), Porras (chispazos, bajo nivel en general, en el segundo tiempo se golpeó y aún rindió menos); Fernández (el gol, mucha entrega, el fallo en el que pudo ser el 2-0, pero una enorme desprolijidad), Amaral (chispazos de calidad -como en el casi gol en la hora- pero una tendencia alarmante a no pedir la pelota, algo grave para quien debería ser la manija del equipo), Barbaro (apareció poco, especialmente en los primeros minutos de cada tiempo, y le costó encontrarse con los compañeros... Espino anduvo bajísimo y Amaral y los de arriba se alejaban de él en lugar de juntársele); y Alonso (buen primer tiempo, exigiendo siempre a la zona defensiva rival, se fue apagando en el segundo tiempo, bien controlado por arriba y sin bajar a buscar la pelota como nos tenía acostumbrados este semestre). Ingresaron Abreu -por Fernández- (erró un gol producto de su falta de fútbol y se lo notó cansado casi desde el primer minuto jugado) , Barcia -por Barbaro- (hizo un par de pisadas y enganches ni bien entró, pero luego chocó contra los defensas y no generó nada) y González -por Eguren- (entró poco en juego y se mostró impreciso).
En definitiva, fue otro mal partido, y ya van varios. Lo más preocupante es la defensa del equipo, que sigue dando enormes facilidades, especialmente por el lado de Espino, quien debería perder la titularidad al menos para que vea un poco el fútbol desde afuera, descanse y recupere la memoria de otrora, cuando mostró gran nivel. Quizás Polenta de lateral y una zaga Gorga-Aja o Malvino-Aja puedan solucionar algo el asunto (sin Polenta subiendo, al menos quedarían tres en el fondo cuando Fucile o Romero suban).
Y siguen siendo raras las decisiones en los cambios. Barcia no puede ser jugador para cambiar un partido... es un goleador que dio una mano de puntero, pero no es un puntero. Lo estamos matando como a Cauteruccio en la era Carrasco. Abreu está para cabecear, pero si nadie tira centros, es inútil. Y Nacho González era un cambio lógico... sólo que ni él mismo sabía para qué entró (asumo que para ser el enganche, pero sus compañeros no lo buscaron nunca).
El equipo está en el debe y el fin de semana que viene enfrentamos a los eternos quejones de Defensor, un equipo complicado, compacto y con jugadores de muy buen pie que, aunque se duerme siestas contra equipos débiles, juega siempre despierto contra equipos fuertes. Es un partido que marcará el futuro del torneo sin dudas, porque de ganarlo nos podríamos alejar aún más de nuestros perseguidores; pero de perderlo, nos alcanzarían.
Hay que ganar o ganar, recuperar el buen juego y la defensa y hacerle 3 ó 4 goles a este equipito que tan anti-Nacional se ha vuelto últimamente.
Vamo' el bolso!
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