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domingo, 9 de noviembre de 2014

¡A lo NACIONAL!

Imagen tomada de decano.com

Hace unas horas ganamos el partido más emocionante que recuerde, 2 a 1, de atrás, con dos goles pasada la hora, ante el tradicional adversario. No hay forma de describir con palabras lo que sentí (y sintió todo el mundo en el Estadio) en una victoria así. Increíble. Emocionante. Como para llorar.

A lo Nacional, como marca la historia: de atrás, y si es posible, en la hora.

Y contra un rival que era amplio favorito, según el vende humo de su DT -famoso por haber sido el responsable de la no clasificación de Uruguay al Mundial 2006, entre otros fracasos-, así que es aún más disfrutable ;)

Quédense con las goleadas y el pizarreo. A mí denme estas victorias, que son mucho mejores, que te hacen explotar el pecho de emoción.

El partido fue malísimo, eso sí. Ambos equipos tuvieron miedo de atacar y descuidarse en el fondo (ellos más que nosotros, estaban aterrados y sólo aguantaron para sacar el empate desde el minuto cero, pero justo es decir que nosotros tampoco hicimos nada), y las ocasiones de gol brillaron por su ausencia.

En la primera mitad, ellos mostraron chispazos de talenteo individual, muy esporádicos, en tanto nosotros abusamos de los pelotazos, pero igualmente estuvimos más cerca del gol. El árbitro aplicó la "regla de la mancha", haciendo el partido incluso más trabado de lo que ya era, cobrando dudosísimas faltas a nuestros jugadores al mínimo contacto en los saltos y en la presión.

Hubo un buen trabajo táctico nuestro, con Espino y/o el Colo Romero controlando al rapidito de ellos -que hoy no trajo la pizarra y le costó desnivelar- y con Arismendi controlando a Zalayeta. Lamentablemente no proyectamos los laterales nunca y eso aisló a los de arriba, con un Pereiro inconexo, un De Pena desaparecido y apenas Alonso y Henry Giménez generando algo de riesgo arriba. Para colmo de males, Porras no tuvo un buen partido, le faltó claridad con la pelota, y el equipo apenas tuvo como salida el bombazo hacia Alonso.

La chance más clara de gol fue cerca del final, con un cabezazo de De Pena que tapó el arquero rival, con ayuda del palo, y que Alonso no pudo mandar a las redes en el rebote. Antes de eso, otros centros generaron peligro, pero o nuestros delanteros no llegaron a cabecear, o en el entrevero, los defensas de ellos lograron despejar. Hubo algunos cobros raros del ábritro -un córner claro que cobró saque de meta; una jugada que pareció penal contra Alonso; una falta de atrás de Pacheco que era para amarilla y que no sacó-, pero el trámite fue tan mediocre que no daba ni para calentarse con el árbitro.

El segundo tiempo fue distinto. Ellos empezaron mejor y nostros, aunque nos paramos algo más arriba, estábamos algo lentos. Dio la sensación de que nosotros seguimos jugando al ritmo lamentable de la primera mitad, en tanto ellos pretendían hacer algunos ajustes.

Igualmente, nada había pasado, cuando el árbitro vio penal a los 10 minutos en una extraña jugada en la que el brasileño de ellos se metió en el área y voló varios metros por el aire cuando fueron a trabarlo. No lo vi en TV, pero el vuelo acrobático fue sospechoso. Pacheco lo tiró esquinado y fue imposible para Munúa. Gol, 1-0, y el partido cambió.

Los nervios se apoderaron entonces de los 22 jugadores. Nosotros exageramos en los pelotazos, pero nos fuimos arriba y ellos la sacaban para cualquier lado.

Gutiérrez hizo tres cambios: entraron Recoba, Taborda y Fernández, por Pereiro, Giménez y Espino. Nos paramos con un 3-4-3 (Arismendi pasó a la zaga y Romero al medio) y lanzamos pelotazos una y otra vez, generamos córners (García se perdió dos goles de manera increíble, Alonso tuvo otro, Taborda pifió una pelota que pudo ser el empate, el chino tuvo un tiro libre que dio en la barrera y Seba probó de afuera del área), pero daba la sensación de que el partido se iba con derrota.

Munúa nos salvó del segundo en el único contragolpe que sacaron ellos aprovechando los espacios que dejábamos atrás (sólo dos o tres veces salieron prolijos de contra; el resto de las veces, estaban tan nerviosos, que tiraron la pelota al diablo, aliviando nuestra labor defensiva).

Pasada la hora, cuando ya ellos saboreaban la victoria (y luego de las expulsiones primero de Macalusso y luego del Colo Romero), y con Munúa yendo a cabecear, un entrevero terminó con un despeje del arquero rival que dio en la mano de Seba Fernández y la pelota se coló en las redes. Mano, sí. Pero gol. Empate agónico, heróico, que dejó a toda la gente afónica.

Pero 3 minutos después, cuando aún se jugaba el tiempo agregado por el árbitro, Taborda peleó una pelota por arriba y le hicieron una falta absurda, una de esas faltas que suelen no cobrar contra los nuestros en esta clase de partidos, pero que hoy sí se cobró: una rodilla en la espalda, innecesaria, burda, torpe.

Y lo que ya se sabe: García conversó al argentino que hace de golero en el CAP, el chino calculó, apuntó... y la clavó contra el palo.

2 a 1 histórico. Heróico. A lo Nacional.

Formamos con Munúa (atajó una clave que pudo ser el 2-0, por lo demás, no fue exigido); Romero (hizo un par de faltas groseras y se fue expulsado, dio la sensación de tener la orden de no subir, así que no explotó lo mejor de su juego), García (desprolijo, pero puro corazón, rindió bien), Polenta (anuló su sector, fue de los mejores) y Espino (tuvo un buen primer tiempo, cayó en el segundo y fue sustituído); Arismendi (otro que fue puro corazón, peleó todo, ganó casi siempre, le falló el juego con pelota) y Porras (no tuvo un gran partido, apenas chispazos, se perdió mucho en la marca porque ellos jugaron mucho por las bandas); Pereiro (flojo partido, intentó individuales, pero se fue afuera de la cancha varias veces); Giménez (buen primer tiempo, quiso siempre, fue el mejor acompañantes de Alonso), Alonso (lo más destacado del equipo arriba, como siempre, pese a que estuvo lejos del gol y definió mal un par de veces) y De Pena (entró poco en juego, aunque justo es decir que la jugada más clara que tuvimos fue un cabezazo de él). Los que ingresaron, siendo súper honestos, no hicieron demasiadas cosas bien, pero Seba hizo un gol a puro huevo, a Taborda le hicieron la falta del gol del Chino y el Chino nos dio la victoria; ¿se puede pedir más a 3 jugadores de recambio?

Debo ser honesto, he visto perder clásicos al bolso haciendo más méritos que hoy como para ganar, pero luego recuerdo el clásico del verano pasado, que ganamos 1-0 y que terminó con los zagueros del CAP pasándose la pelota en el círculo central sin intentar atacar por el empate, y pienso: ¡qué lindo ganar así! Ganar porque se fue a buscar la victoria hasta el final, porque nunca se dio por perdido el partido. Ganar por convencimiento, por dedicación, por entrega y a huevo, aun cuando los métodos no hayan sido los mejores o los más indicados.

Gracias Chino, gracias jugadores.

Ahora a coronar todo el impresionante esfuerzo de este semestre el fin de semana que viene contra Cerro.

¡Vamo' Nacional!

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