No sé si fue mérito del rival, un bajón de nuestro equipo o incluso una orden del DT que salió mal, pero acabamos de perder 5 a 3 contra Defensor, y la razón fundamental fue que jugamos un segundo tiempo espantoso luego de una primera mitad aceptable y esperanzadora.
El primer tiempo fue nuestro. Desde el primer minuto presionamos al rival, le manejamos la pelota y buscamos constantemente el arco contrario. El gol tempranero (a los 6 minutos, tras tiro libre de Recoba que se desvió y descolocó al arquero rival) nos permitió mayor tranquilidad y manejamos esos primeros 20 ó 30 minutos de juego con mucha soltura. Con las subidas de Álvarez y el juego por ese lado de Cruz Mascia, lo mejor de nosotros se dio por el lado derecho de la cancha. Sólo nos faltó más gente arriba para poder meter la pelota en el área. Alonso bajó demasiado y el Flaco Fernández subió muy poco, por lo que muchos ataques culminaron en nada.
Igualmente Cruz Mascia tuvo un par de oportunidades de gol, Alonso alguna otra, y el Chino tuvo algún tiro de afuera del área ante un rival que dio algunas franquicias defensivas y que a la hora de atacar abusó del remate de media distancia, creando así poco peligro real de gol.
En esa primera mitad debimos haber hecho algún gol más, pero fallamos las que tuvimos y en los minutos finales prácticamente ni siquiera intentamos inquietar al rival; nos contentamos con ese 1-0 parcial.
En el segundo tiempo, luego de unos primeros minutos de ida y vuelta, el partido cambió totalmente. Defensor se apoderó de la pelota y nosotros nos replegamos muchísimo. No sé si el repliegue fue orden del técnico o mérito del rival, pero resultó catastrófico (me inclino a pensar que fue un poco de todo, porque Arruabarrena incluso sacó a Cruz Mascia -delantero- y puso a De Pena -volante-). Durante unos 10 minutos (entre los 10 y los 20) casi no pasamos la mitad de la cancha, ellos nos llegaron especialmente por nuestra derecha, desbordaron, triangularon, metieron la pelota en el área mil veces, tiraron de afuera del área; hasta que en uno de sus mil ataques, llegó el empate: triangulación por nuesta derecha que terminó con uno de ellos frente a Bava, definiendo cruzado.
Nosotros acusamos el golpe y, aunque salimos a buscar el gol rápido, no generamos demasiado peligro y Defensor de contragolpe nos mató. Primero un penal fue el 2-1 y luego un tiro libre terminó en el 3-1 faltando unos 15 minutos.
Los minutos finales fueron un caos. Pelotazos nuestros, contragolpes de ellos, bengalas que no dejaban ver nada en la cancha y 4 goles más que redondearon un 5-3 que seguramente signifique que perderemos la punta en el torneo; y por lo demostrado en cancha, será dificilísimo que la recuperemos.
Para terminar, me gustaría señalar algunas cosas preocupantes en el equipo. Primero, el bajísimo nivel de Fernández; segundo, la falta de velocidad en general: somos el equipo más lento del Uruguay, por lejos, tanto arriba como abajo; tercero, la preocupante tendencia a meternos en el fondo cuando vamos 1 a 0, algo que le facilita la tarea a los equipos rivales, porque siendo lentísimos en ataque, nuestros contragolpes son muy poco peligrosos y eso les permite irse arriba sin temor alguno; la insistencia de Arruabarrena en poner a De Pena: el juvenil aporta poco en ataque y no participa en la marca; lo solos que están nuestros laterales en la marca, lo cual hace que los rivales nos vulneren fácilmente jugando con dos o tres bien abiertos, especialmente por el lado de Álvarez, puesto que Calzada se cierra mucho y no lo ayuda; la falta de jugadores encaradores en velocidad: somos un equipo tosco, pesado, lento incapaz de hilvanar alguna jugada individual que rompa una defensa; y el poco peso ofensivo que tenemos: hicimos 4 goles en 2 partidos, pero uno fue en contra, dos fueron tras rebotes fortuitos y otro fue un penal absurdo, y prácticamente no hemos generado jugadas limpias de gol, no sólo en estas dos derrotas, sino en todo el año.
La de hoy (o ayer) fue una derrota absolutamente preocupante. Si los puntos altos del equipo hasta ahora eran la confianza en sí mismos y la defensa, ayer al menos nuestra defensa quedó en total evidencia... sólo esperemos que la confianza no se resienta, porque entonces no tenemos futuro.
En un par de semanas jugamos contra Cerro Largo, de locales -porque se trocó la localía-. Demás está decir que hay que ganar o ganar y, si es posible, arreglar los mil y un defectos que nos han quedado expuestos luego de estas dos lamentables derrotas, así podremos encarar el clásico y las tres últimas fechas del campeonato con expectativas ciertas de ser campeones.
Mención aparte la hinchada, que copó el sector que se le dio, pese a que llovió copiosamente los 90 minutos de juego -y varias horas antes-, y alentó hasta el último segundo pese a la dolorosa goleada (¡recuerdo a otros tirando piedras e insultando a los suyos en esa misma cancha!).
En la victoria o en la derrota, vamo' Nacional!
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