
Si bien es figurita repetida esto de correr de atrás en los torneos cortos, la forma en la que ganamos este Apertura 2011 tiene un sabor especial. Estábamos 7 puntos abajo faltando 18, con un equipo que lejos de tener grandes incorporaciones, había perdido gran parte de las figuras que obtuvieron el título de la temporada pasada (Coates, Lembo y el Morro, por mencionar algunos nombres), y con mucha gente surgida de las divisiones menores, un técnico debutante, y terminamos llevándonos el premio máximo con un gol clásico en la hora, una victoria dificilísima en la última fecha con un gol bastante agónico también.
Y algo que nadie dice, pero me parece destacable por razones que sólo los bolsos sabemos apreciar: el campeonato lo iban a definir mano a mano (según la prensa especializada) el CAP y Cerro, pero se derrumbaron en los momentos culminantes. Luego le quedó servido a Danubio (gracias a los escritorios), ¡pero lo perdió también, en la penúltima fecha!
¡El CAP, Cerro y Danubio! ¡A qué tres equipos le robamos un título imposible! ¡Qué tres equipos resignaron el torneo en la recta final! Como diría algún veterinario: es que estos tres equipos tienen ADN de Gallus Gallus Domesticus. No es nada que los bolsos no sepamos desde siempre, tampoco.
El partido de hoy, contra Liverpool, fue durísimo. Casi no creamos situaciones de gol. Ellos jugaron ordenados en el fondo (con 7 jugadores casi metidos en el área), pero atacando con inteligencia. Tocando y haciendo paredes por momentos y por otros lanzando pelotazos a sus tres jugadores de ataque, todos ellos veloces. Eso nos complicó mucho el juego.
A nosotros nos faltó, en el primer tiempo, el pase final. Tuvimos la pelota todo el tiempo y jugamos probablemente el mejor primer tiempo en lo que va del año (con perdón de algún partido perdido, creo que contra Cerrito, en el que hicimos todo en el primer tiempo y nada en el segundo). Viudez estaba en una pierna, pero se las arregló para inquietar primero por derecha y luego por izquierda. Renato César tuvo algunas buenas y otras malas, Medina no entró en juego casi. La manija del equipo fue Vecino, pero le faltó el pase final (tuvo buenas intenciones, pero le cortaron el pase justo siempre), Calzada anduvo muy prolijo en el medio y Píriz luchó como siempre (aunque con cierta torpeza). La defensa anduvo bien, aunque no fue tan exigida. Rolín se vistió de Coates, Núñez y Placente anduvieron en gran nivel (Placente jugó su mejor partido desde que está en Nacional) y Torres hizo que la baja de Viera no se notara.
La primera jugada de gol fue nuestra, antes del minuto de juego, pero luego no generamos demasiado peligro. Rondamos el área, hubo desbordes, centros, corners, tiros libres; pero casi no hubo nada de verdadero riesgo sobre el arco rival.
Liverpool tuvo un par de contragolpes, pero nada demasiado peligroso tampoco. Quedaban dudas en la defensa sólo porque ellos siempre dejaban tres allí y cuando subía Núñez (casi siempre) terminábamos 3 contra 3.
En los minutos finales del primer tiempo tuvimos un par de chances de gol, pero fue poco lo que hicimos para forzar al juvenil arquero de ellos, quien ingresara por lesión del arquero titular. Nadie en todo el plantel se avivó de patear al arco para probarlo.
Para el segundo tiempo Gallardo hizo los cambios de siempre: entraron Recoba y Bueno y se fueron César y Vecino. Sin embargo, y lo digo objetivamente, más allá de la euforia por el campeonato, esta vez no le salió bien la jugada y el equipo jugó peor en el segundo tiempo que en el primero.
Vecino había jugado bien y no debió salir. Yo hubiera quitado a Viudez, que andaba claramente disminuído. Y el comienzo del segundo tiempo fue complicadísimo. Sin Vecino en el medio y sin el ida y vuelta de César el equipo se partió en 2: los 3 puntas arriba (con un Bueno que baja mucho menos que César y un Viudez a media máquina) a quienes se les sumaba Recoba; y el resto abajo. Liverpool tuvo entonces el mediocampo para tocar y como el Chino no presionaba, cuando salían Calzada o Píriz a marcar, les hacían 1-2 fácilmente y llegaban contra nuestra última zona.
Dígase que Rolín, con amarilla desde el primer tiempo, administró muy bien su juego y sacó pelotas claves y tanto Placente como Núñez rindieron como nunca en todo el año en la marca. Eso, sumado a una baja producción ofensiva de los jugadores de ellos (el 9 de ellos anduvo muy mal en la definición), nos permitió mantener el cero en unos primeros 15 minutos de la segunda mitad bastante flojos, en el que nuestra mejor chance fue un pase hacia atrás de Liverpool que tomó Viudez, hizo la diagonal, lo bajaron y Recoba mandó un centro al arco que Medina no corrió (muy poco, si la intención era ganar el partido y el campeonato).
A los 20 minutos (o por ahí) llegó la lesión de Viudez y Gallardo (extrañamente) puso a Boghossian en la cancha (yo hubiera esperado a Abero, para no tener dos 9 chocando en el área y tener alguien que haga el ida y vuelta que hacía Vecino).
La jugada igual no salió mal, de todas formas. Con pelotazos largos y algún pase interesante de Recoba, empezamos a generar peligro. Boghossian tuvo un par de oportunidades de gol, Recoba tiró de afuera del área a los 29, Medina de media vuelta definió muy suave al borde del área a los 31... el partido se iba, había nerviosismo en la cancha y en las tribunas, pero nosotros empezábamos a tomar las riendas del juego y a generar peligro.
A los 34, una trepada de Placente terminó con un pase largo hacia Boghossian, quien mandó el centro al borde del área, y Recoba, tras enganche notable de derecha a izquierda, la colocó notablemente contra el palo derecho del arquero rival.
Golazo típico del "Chino versión 2011", y de ahí en más fiesta en las tribunas.
Liverpool tuvo un par de chances de gol, una clarísima en un tiro libre cabeceado apenas por arriva del travesaño; pero la gente ni se enteró de nada: todo el estadio festejaba el campeonato, cada minuto que pasaba con más fuerza, saltando y agitando con lo que tuvieran a mano: banderas, camisetas, y quizás alguno de esos viejos pañuelos blancos que caracterizaron nuestras primeras épocas de gloria.
La verdad, un campeonato épico, por todo lo que ya mencioné antes.
Recuerdo que, aunque la dirigencia debatió la continuidad de Gallardo como DT, el hincha tricolor siempre lo apoyó. Aquella bandera en apoyo en el Parque luego de la derrota contra Bella Vista (a él y a los jugadores), y los comentarios en las tribunas de que "vamos mal, pero jugamos mejor que con Carrasco y tenemos menos equipo, y es sólo mala suerte", mostraron siempre que teníamos fe. ¿Fe para ser campeones? No sé... fe para al menos arruinarle el campeonato al CAP.
Y eso pasó. Se lo arruinamos. Y se lo ganamos.
A lo Nacional.
Ahora a festejar y a pensar en el año que viene: Libertadores, Clausura y Finales del Uruguayo.
Vamo' el bolso!
Salud Campeón!
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