Ni bien arrancado el partido, teniendo nosotros la pelota, Rampla hizo el 1-0 en un contragolpe, con un tiro de media cancha (aprovechando el viento a favor contra la Colombes) que tomó adelantado a Muñoz.
Ese gol nos descolocó un poco en la cancha, pero igualmente seguimos teniendo la pelota. Rápidamente tuvimos una chance de gol tras un entrevero en el área que terminó con tiro desviado de Flores, y poco tiempo después (aunque para mí fue una eternidad entre 1-0 y 1-1) llegó el empate del Morro García tras anticiparse de cabeza notablemente a su marcador en un centro de Porta.
Ese gol nos tranquilizó un poco y seguimos teniendo la pelota y generando peligro, aunque no con tanta claridad como en partidos anteriores. La ausencia de Peralta se notó, jugando en su lugar Cauteruccio (a quien no se le puede pedir que aporte mucho más que ganas para correr todas las pelotas) y entrando el ya mencionado Porta por la derecha; nos quedamos sin alguien que aguantara la pelota arriba y todo se hizo demasiado vertiginoso e impreciso. Apenas y logramos inquietar con tiros de media distancia (uno de Porta desde la media luna que el arquero envió al córner, y uno de Cabrera que dio en el palo), y algún centro desde el tiro de esquina con cabezazos desviados.
En tanto, ellos lograron acercarse con algo de peligro aprovechando nuestra falta de contención en la mitad de la cancha, también especialmente con remates de media distancia; y una chance de gol cerca del final tras centro desde la derecha de nuestra defensa a espaldas de Coates, que el delantero envió por sobre el travesaño.
Lo más interesante de ese primer tiempo vino a los 20, cuando Tacuarembó hizo el 1-0 y nos daba chances de ser campeones... pero la ilusión nunca terminó de concretarse (fuimos el único de los 4 de arriba que en ningún momento fue campeón parcial de acuerdo a los resultados), pues rápidamente Defensor empató (con un gol en offside) y luego dio vuelta el partido en el norte (aunque dicen por ahí que debió quedarse con 10 hombres, pero Prudente le perdonó la vida a Amado).
En el segundo tiempo fuimos todavía más protagonistas del partido, pero el gol se nos negó durante 35 minutos. Con el mal juego en general tanto de Cabrera como de Flores no generamos tantas chances claras de gol (recuerdo un cabezazo de Cauteruccio a las manos del arquero rival; una pared del propio Cauteruccio con el Morro dentro del área, que el número 7 resolvió con tiro bajo bien tapado por el arquero, y poco más).
Carrasco puso a Mirabaje por Flores (de penoso partido, otra vez) pero el asunto no cambió demasiado. Mirabaje asumió la responsabilidad de generar juego (desplazando de la tarea al pálido Cabrera) pero jamás terminó de convencer e incluso tomó un par de decisiones erróneas. Tiró cuando debió pasar, pasó cuando debió tirar; y erró algún pase.
El segundo cambio de Carrasco fue el regreso a las canchas de Calzada (por Perujo) para permitir a Mirabaje y Cabrera soltarse más arriba, dejando 3 en el fondo y 2 como contención; lo cual nos permitió presionar un poco más arriba a Rampla.
El gol llegó tras una subida de Mirabaje quien se la pasó a Cauteruccio en la media luna y en lugar de pivotear para devolvérsela, se la dio a Porta, y éste rápido al Morro quien definió sutilmente por encima del arquero.
Ya el partido en Tcuarembó parecía liquidado, pero igualmente el Estadio explotó con ese gol, que significó quedar segundos en la tabla de posiciones, luego de haber coqueteado con los últimos puestos antes de la llegada de Carrasco.
En los últimos minutos Rampla se fue arriba, y ruvo un par de chances claras de empatar; al tiempo que nosotros erramos dos o tres contragolpes claros (uno increíble de Porta tras pase de Cauteruccio cuando eran 2 contra 1 y el arquero; y otro igualmente increíble pasada la hora de Cháves, recibiendo pase atrás de Mirabaje -quien inexplicablemente no quiso definir él pese a estar cara a cara con el arquero-).
En definitiva, buen triunfo, que nos deja con sabor agridulce para estas fiestas. Por un lado, la tranquilidad de haber remontado el pésimo arranque y poder así ver con buenos ojos el Clausura, la Tabla Anual e incluso el dificilísimo grupo que nos tocó en la Libertadores; pero por otro la sensación de que si hubiésemos tenido a Carrasco desde el comienzo de la temporada hubiéramos ganado el título de punta a punta.
Ojo, no brillamos; no fuimos un gran equipo, e incluso me animo a decir que no alcanzamos ni el 50% del nivel que tenía el River del propio Carrasco hace 2 ó 3 años; pero fuimos un equipo con actitud ganadora, con vocación ofensiva. Un equipo que desde el minuto 1 al 90 buscó el gol en todo momento, en cada partido, distanciándose bastante de aquellos equipos especuladores que encaraban los juegos con la mentalidad de "tarde o temprano el gol (por gracia divina) va a llegar", y de verdad saludo ese cambio.
Tenemos equipo para lograr el Clausura y el Uruguayo; y con un par de incorporaciones, seguro también superaremos el grupo de la Libertadores y, quién nos dice, peleemos para estar entre los 4 mejores del continente otra vez.
Foto: MVD Sport¡Vamo' bolsilludo... cada día te quiero más...!
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