
Anoche empatamos 1 a 1 contra Boca Juniors jugando de locales en el Parque Central, por la ida de los Cuartos de Final de la Copa Libertadores.
El resultado fue justo, en un partido opaco, deslucido, de mucho estudio y pocas acciones de gol.
El primer tiempo fue pobrísimo. Ambos equipos mostramos una imprecisión llamativa y cierta inoperancia de mitad de cancha hacia adelante. Fuimos un poco más, sólo por la obligación a la cual nos ataba el ser locales; pero en todo momento se notó que estábamos tranquilos con el 1 a 0.
En medio de cierto dominio nuestro, el Diente López salió lesionado y la recta final de la primera parte sirvió como un empezar de nuevo para ambos equipos, nosotros intentando acoplarnos a la nueva oncena y Boca intentando acomodar las marcas ante la misma.
El segundo tiempo fue más movido. Boca salió con algo más de ganas, pero siguió siendo sumamente impreciso en los pases, lo cual nos facilitó la recuperación de la pelota y las salidas rápidas. Barcia hizo poco por derecha, aun cuando su marcador tenía amarilla (no fue su culpa, lo ayudaron poco) y Tabó tuvo algo más de incidencia por izquierda, pero el perfil cambiado le jugó en contra.
En una pelota quieta, más o menos a los 10 minutos, tuvimos la chance más clara hasta entonces (antes apenas hubo llegadas tímidas de ambos equipos): Fernández se llevó por delante una pelota en el segundo palo, sin poder darle dirección de gol, pero le salió un centro a Romero, a quien la pelota le quedó algo atrás y no pudo darle tampoco dirección de arco. Fue clarísima, pero la desperdiciamos.
Entonces el partido ganó en intensidad. Boca buscó un par de veces nuestro arco, y tras un quedo defensivo de Polenta primero (por dejar pasar una pelota) y de Victorino después (por reaccionar tarde sin darse cuenta que un rival le ganaba las espaldas), dos jugadores llegaron solos contra Fucile (quien también estuvo errático en la jugada, casi chocándose con un rival, perdiendo referencia de la pelota, que iba hacia el otro jugador) y zas... Gol de Fabra, tras tiro cruzado fuerte, no muy bien direccionado, pero casi a quemarropa, por lo cual Conde no pudo hacer nada.
Nos fuimos arriba luego de eso, lógicamente, y por suerte encontramos el empate pronto (porque se notaba el cansancio de nuestros jugadores y Boca parecía ganar confianza): córner, una pelota cabeceada al medio en el segundo palo, un desvío del Cata Díaz, y Fernández remató de primera, dejando parado a Orión. 1 a 1 y la esperanza se renovó.
Crecimos en nuestro juego y fuimos a buscar el segundo, aun estando cansados, y Boca mostró cierta fragilidad emocional, especialmente en la defensa. Lamentablemente Tabó no estuvo fino, no pudo desbordar bien a su marcador ni lanzar buenos centros (en movimiento, y mucho menos en pelotas quietas) y el partido se fue lentamente (la jugada final fue un centro pésimamente tirado a ninguna parte por Tabó).
1 a 1, justo, en el que fuimos un poquito más. Ahora habrá que ir a anotar un gol a la Bombonera el jueves próximo (y sin López, seguramente). Por lo visto en los primeros 90 minutos, da la sensación de que se puede ganar; pero no hay que confiarnos: Boca no es lo mismo en su cancha que de visitante, y la imprecisión, los nervios y la falta de ideas y de ambición que mostraron dudo mucho que se repita.
Habrá que estar concentradísimos los 90 minutos que faltan, jugar compactos y buscar ese gol que abra la serie y les tire la presión a ellos.
Pero antes, hay que ganarle el domingo al CAP (también seguramente sin el Diente) para alcanzarlos en la Tabla Anual y pasarlos en el Clausura. No será fácil, especialmente por el cansancio acumulado del único equipo uruguayo que juega copa y campeonato todas las semanas.
Vamo' Nacional! A la gallina le tenemos que ganar!
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