Ayer derrotamos a Atenas 5 a 3 en un partido sumamente extraño.
El primer tiempo terminó 0 a 0, pese a que hubo varias chances de gol (4 ó 5 nuestras y un par de ellos). No fue realmente un partido abierto, ni bien jugado, ni con un equipo dominante. Durante varios lapsos de esa primera mitad Atenas tuvo la pelota mucho más que nosotros, pero no supo bien qué hacer con ella. Nosotros nos dedicamos a defender en nuestra cancha (algo que por momentos exaspera) y procuramos ser veloces en ataque cuando teníamos la posesión.
Hubo una sana intención con la pelota, pues minimizamos los pelotazos y buscamos juego ofensivo y por las bandas (no tanto por derecha, porque Romero se notó falto de fútbol), pero esa tendencia a defendernos con los 11 metidos en nuestro campo fue realmente desesperante, porque ni siquiera éramos capaces de robar la pelota: sólo esperábamos a que ellos la perdieran solos.
Como dije antes, tuvimos varias chances de gol en esa primera mitad. Un par de González (una en una gran jugada individual en la que se perfiló para su izquierda, y el remate le salió mordido y muy cerca del cuerpo del arquero; y otra en la que Alonso le bajó la pelota para que le pegara de frente pero nuevamente no esquinó lo suficiente el tiro y se lo atajaron), De Pena tuvo una en la que la pelota le quedó picando cerca del punto penal, pero la tiró por arriba, Alonso definió con un globito que el arquero tapó muy bien, y Barcia tiró una desviada por sobre el travesaño tras jugada individual, y otra la jugó al medio, mal, cuando podía haber rematado al arco sobre el área chica (o quizás remató al arco y le salió desviado, quién sabe).
Atenas tuvo dos llegadas, una de ellas contragolpe tras un ataque nuestro, y otra, la más clara, instantes después del gol errado por González tras pared de Alonso, en una jugada calcada de esa, que un delantero de ellos la mandó cruzada afuera.
El segundo tiempo cambió un poco la tonalidad. Salimos más decididos a cambiar ataque por ataque. Y el resultado fue que hubo 8 goles, gracias a una notable actuación de De Pena y a una floja actuación de nuestra defensa (y de la terna arbitral), lo cual propició una lluvia de goles.
Ni bien comenzado el segundo tiempo, Arismendi cabeceó una pelota al área dividida, e hizo el 1-0. En el primer contragolpe tras ese gol, De Pena hizo una gran jugada individual y marcó el segundo. Atenas se fue arriba entonces, y en un tiro libre logró el empate, tras dos offsides (en el primer cabezazo tapado por Munúa, y luego en el pase hacia adelante que termina con la definición de un jugador en la línea del arco, completamente sólo e inhabilitado). El línea de la Atilio García aún no había leído la página sobre offsides en el reglamento de la FIFA, y convalidó un gol que ni los de Atenas pudieron creer que convalidara (hasta corrieron tras Porras, quien inició el contragolpe). Sin embargo, pocos minutos después, De Pena continuó con su buena racha, logrando dos goles más: el primero tras notable jugada de Barcia por derecha, que terminó en centro bajo (una especialidad de Barcia a estas alturas) que De Pena empujó sobre la línea; y el segundo con algo de fortuna, cabeceando una pelota hacia adelante, más buscando un compañero que el arco, la cual se coló en el ángulo.
Luego de eso el equipo pareció aflojar defensivamente, y en un contragolpe en el que ofrecimos poca resistencia encontraron el 4-2 y casi inmediatamente en 4-3 tras un penal por mano de Porras en un centro (mano que bien pudo pasar como no intencional, y que muchas veces no se cobra). A partir de entonces vivimos momentos de tensión innecesarias, aun cuando Atenas se quedó con uno menos. De Pena pudo liquidar el pleito con una pelota que le quedó picando en el punto penal, pero la tiró nuevamente por arriba (como en el primer tiempo) y Atenas tuvo un par de incursiones en nuestra área. Pasada la hora, recién, tras buena jugada de Porras, con pivoteo de Alonso, Ramos hizo el 5-3 definitivo con una buena acción individual al borde del área y posterior definición sobre la salida del arquero.
Fue un buen partido del equipo en general. Con sanas intenciones ofensivas, pero con algunas cosas en el debe en la labor defensiva (lo ya mencionado sobre esperar sin marcar; la falta de timing en la marca de Arismendi, lo cual lo lleva a hacer faltas absurdas; y groseros errores defensivos tanto del colombiano como de Polenta, especialmente en la segunda mitad).
Formamos con Munúa (poco que hacer en los goles -salvo quizás en el segundo, que la pelota le pasó por abajo-, pudo haber sido expulsado por reaccionar con una patada cuando le cargaron en el área y le pisaron en el piso; debe tranquilizarse y ser el líder que necesitamos); Romero (volvió al 60%, pero es bueno tenerlo de nuevo, porque da más seguridad que Gorga por ese sector, y mucha más salida); Valdés (empezó bien, prolijo, intentando salir por abajo y con buen tiempo en la marca, pero terminó impreciso, tosco y con errores puntuales que nos costaron caro -en el segundo gol, y, especialmente, en la jugada previa al penal-); Polenta (desprolijo partido, jugó nervioso, quitó varias, pero anduvo bajo en comparación a lo que fuera en el Apertura) y Espino (gran trabajo en ataque, fue el socio perfecto de De Pena, no sólo para recibir pases, sino también para arrastrar marcas y permitir que De Pena tuviera más campo libre para encarar, corrió incansablemente tanto para atacar como para volver cuando le ganaban las espaldas); Arismendi (hizo un gol, dio un par de golpes, sigue jugando como 8 y no como 5 y no rinde en la marca; a mi entender es la razón fundamental por la cual hemos perdido firmeza defensiva: no es el volante tapón que supo ser) y Porras (un par de pinceladas en ataque, bien en la marca, pero desbordado por momentos ante el constante abandono de Arismendi... cuando entró Ribaír se sintió más seguro con alguien atrás de él y hasta inició la jugada del quinto gol); Barcia (impreciso dentro del área, pero con gran despliegue por la banda, creando mucho peligro por la derecha y haciendo la jugada del 3-1), González (buen partido, si bien no tuvo real participación en las jugadas de los goles, e incluso erró un par de goles en el primer tiempo, fue el enganche con despliegue que no tenemos cuando juega Recoba -es un enganche estático que juega en largo- o Pereiro -no es un enganche, su juego se basa en trasladar la pelota individualmente- y hasta tuvo una buena labor bajando pelotazos; sólo podría criticarle que por momentos se alejaba de la pelota buscando un pase que nadie iba a darle: él debe estar siempre cerca de la pelota, desmarcarse y buscar el juego en corto con los otros), De Pena (la figura del partido, por los tres goles, el gran despliegue, la constante sana y previamente inexplorada intención de encarar a los rivales en velocidad; justo es decir que le salió todo bien en esa racha desde el 2-1 al 4-1, pero que también erró dos goles poco creíbles ya mencionados antes que pudieron dar tranquilidad a su manera en cada tiempo); y Alonso (erró un par de goles -un tiro en el palo impropio de él en la segunda mitad-, pero tuvo una gran labor en cuanto a sacrificio, el juego colectivo, la presión... se lo notó falto de fútbol pero fue un alivio verlo bien físicamente y con el hambre de siempre para hacer y facilitar goles). En la segunda parte ingresaron Nano Ramos (le costó entrar en juego, pero aportó frescura y hasta hizo un gol en momentos en los que la pelota quemaba), Rodríguez (jugó poco, apenas recuerdo un mal pase que casi nos costó un contragolpe; pero también recuerdo que posibilitó que Porras se soltara más, ocupando una posición mucho más atrasada que la de Arismendi -repito: Arismendi debe jugar de 5, no de 8 ofensivo; no es lo suyo-) y Tabó (tuvo un par de incursiones muy buenas por derecha, pero le sigue faltando el toque final a sus jugadas; espero que en un futuro se acople bien con Alonso, porque ahí puede salir una sociedad temible).
En definitiva, ganamos bien, jugando bastante bien, pero sufrimos innecesariamente por errores propios que hay que corregir.
Igualmente está claro que tenemos más chances de ganar cambiando ataque por ataque que jugando partidos cerrados y lentos hasta el hastío... al menos contra equipos "débiles" -siempre hablando en los papeles, porque Atenas había hecho 13 goles hasta ayer, contra 4 nuestros... eso lo haría tres veces "más fuerte" ofensivamente que nosotros-. Esperemos que sirva de lección para el DT.
El sábado que viene jugamos contra Wanderers en el Viera, y es un partido clave para saber si podemos pelear este torneo Clausura o no. Hay que ganar o ganar!
Vamo' Nacional!
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