Esta noche perdimos en el Parque Central ante Juventud de Las Piedras por 1 a 0, y prácticamente le dijimos adiós al Torneo Clausura y al Campeonato Uruguayo 2014.
Perdimos el cuarto partido en lo que va del Clausura y el noveno en lo que va de la temporada (contando Apertura y Clausura), acercándonos así peligrosamente a la mayor cantidad de derrotas por campeonatos uruguayos en una temporada (en el 2006/2007 perdimos 11) -un dato inútil, lo sé, pero que grafica el desastre que estamos siendo, máxime teniendo en cuenta que por Libertadores perdimos otros tres partidos más-.
Lo peor no es perder contra el último del campeonato, de locales, y con todo el plantel (salvo Mascia y el propio Alonso disminuídos por gripe); lo peor es haber perdido de forma absolutamente merecida, y sin elaborar una sola jugada de gol clara en los 90 minutos.
Quienes leen este blog sabrán que hace mucho tiempo (en victorias o derrotas) lo que aquí se señala es justamente eso: que no creamos chances de gol; lo cual es indicativo inapelable de que somos un pésimo equipo de fútbol y que no jugamos a nada más que "a lo que salga".
El primer tiempo lo dominamos, pero fue soporífero. Fuimos más que Juventud, pero no generamos nada más que un tiro de afuera del área de Pereiro que se fue lejos y despacito, y dos cabezazos de Nacho González (sí: dos cabezazos de Nacho González... es como si en el Barcelona sus únicas chances de gol fueran cabezazos de Iniesta).
En el segundo tiempo Juventud se soltó, nos controló en el medio, y nos dominó casi completamente y tuvo tres o cuatro chances de gol claras, la última de las cuales terminó en el fondo de las redes; mientras nosotros lo único que generamos fue un centro de De Pena que se cerró y el arquero mandó al córner.
Deprimente panorama, pensando en el gran objetivo que nos queda en el año: ganarle al CAP el clásico y clasificar a la Libertadores 2015 (algo que por ahora estamos logrando salvo que alguien que no sea River o Danubio lleguen a la Final del Uruguayo).
Pelear por el torneo es prácticamente utópico. No es imposible, pero a estas alturas de la temporada es inverosímil pensar que el equipo puede mejorar y lograr un rendimiento mínimamente aceptable como para poder ganarle a alguien. Falta muchísimo juego colectivo y no es algo que se pueda lograr en entrenamientos a estas alturas, y faltan muchísimos conceptos futbolísticos básicos en la mayoría de nuestros jugadores, y ya no los van a aprender.
Hay que terminar este torneo de una vez y pensar en traer un jugador por puesto para el próximo torneo.
No exagero. Un jugador por puesto es lo que necesitaremos para armar un plantel competitivo.
En el apartado individual, se salvaron hoy Arismendi, Pereiro y Prieto. El primero metió como un león e hizo lo que pudo incluso muerto de cansancio, el segundo fue el mejor jugador del equipo, con sus limitaciones y pese a terminar muerto en el segundo tiempo, y Prieto fue un gladiador en el primer tiempo, y sólo fue sustituído en el entretiempo porque Pelusso quiso apostar por algo más de juego.
El resto del equipo fue lamentable. El Morro García es un exjuhador, Alonso otro tanto (estaba enfermo, pero lleva varios partidos lejos de su mejor nivel), De Pena es absolutamente incapaz de desbordar y/o enviar un buen centro, de 100 pelotas 97 las toca atrás, no pica, no corre, no remata al arco, no pasa la pelota hacia adelante (es incomprensible que siga siendo tenido en cuenta a estas alturas); Nacho González empezó bien, pero se fue desdibujando por completo y en lugar de ser el enganche del equipo, se convirtió en un 9 (de hecho, cabeceó dos veces en el área); los laterales tuvieron un buen primer tiempo, pero en el segundo demostraron que aparte de ser inoperantes en ofensiva, también son flojitos en la marca; los zagueros y Munúa sacaron todo lo que pudieron, pero los 3 no reaccionaron bien en la jugada del gol; Calzada entró como lateral derecho y casi no entró en juego, y el peruano Cruzado tuvo otro de esos lamentables partidos que nos dejan clarísimo por qué Newell's lo dejó libre.
Pelusso volvió a errarle en los cambios. Si bien creo que la entrada de Cruzado estuvo bien, lo que está rematadamente mal (y lo he dicho mil veces) es que juegue de 5. Es un enganche, y esta necedad de ponerlo de 5 es enfermiza. La entrada de un disminuído Alonso por el Morro fue otro error: debió salir De Pena o el Nacho Gonzalez, que no estaban haciendo nada a esas alturas. Y el último cambio fue el remate perfecto para el show del horror: en lugar de aprovechar la lesión de Álvarez para poner a alguien arriba para intentar ganar, puso a Calzada de lateral.
Inexplicable.
No sé si seremos el peor Nacional de la historia, pero seguro estamos muy cerca. Colectivamente somos el peor equipo del fútbol uruguayo, y en lo individual ninguno de nuestros jugadores anda en un nivel que le haga merecedor de estar en el top 50 del medio local.
En definitiva, habrá que seguir luchando y ver qué pasa. Pero creo que a estas alturas debemos enfocarnos en el clásico y en terminar arriba de Wanderers y Rentistas en la Tabla Anual, para clasificar a la Libertadores 2015.
El miércoles jugamos a Newell's y sería bueno dejar afuera de la Copa a la lepra, al menos como premio consuelo en el torneo internacional.
Vamo' Nacional!
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