Ayer logramos clasificar a la Fase de Grupos de la Copa Libertadores 2014, derrotando 2-0 a Oriente Petrolero (para poner la serie 2-1 en nuestro favor), pero no sin sufrir muchísimo hasta el último segundo.
En el primer tiempo empezamos bien, con mucha intensidad, presionando al rival, siendo verticales, y ya de arranque Alonso estrelló un tiro cruzado en el palo. De contragolpe, sin embargo, Munúa salvó una situación clarísima de ellos, pero en general los tuvimos contra su arco, con centros y disparos lejanos (uno de ellos de Prieto, que derivó en un córner, tras el cual Alonso hizo el 1-0, de cabeza).
Sin embargo luego el partido cayó en un pozo que rayó el aburrimiento total (incluso el gol -a los 19 minutos- llegó cuando ya las revoluciones estaban cayendo). Mucha imprecisión, poca profundidad, mucho juego individual y apenas algunos chispazos de fútbol de ambos equipos.
Nosotros formamos con Munúa (gran partido, con un par de atajadas claves, y hablándole mucho a los compañeros -lo más destacado fue cuando les dijo que dejaran de tirar pelotazos al área y jugaran por abajo- y su único error fue insistir con saques largos que morían en la cabeza de los zagueros de ellos, cosa que corrigió en el segundo tiempo); Álvarez (subió mucho, pero no lo buscaron, y tuvo una correcta actuación marcando), Curbelo (cumplió, aunque con algunas desprolijidades), Scotti (otro que cumplió, aunque él y Díaz en la hora jugaron con el corazón de todos en la cancha) y Díaz (fue criterioso subiendo con la pelota, metió y metió, y sus únicas fallas fueron cuando le jugaron a sus espaldas); Prieto (una de las figuras, marcó a todo el mundo y jugó con criterio, luego de un comienzo algo dubitativo) y Calzada (flojo partido, perdido en la marca, mal en los pases); Porta (horrible partido), Cruzado (quiso mucho, distribuyó la pelota todo el tiempo, pero hizo mil faltas y debió irse expulsado) y De Pena (correcto partido, metió, buscó, pero le falta mucho juego sin pelota, debió picar más al vacío, abrirse más, al jugar por la izquierda, en lugar de eso jugó casi como un enganche); y Alonso (amo y señor del equipo, notable partido, demostrando que sabe jugar al fútbol a un nivel diferente a la media).
El segundo tiempo arrancó muy pobre, tal como había terminado el primero. Mucha intrascendencia, mucho nervio, poco juego en equipo, poco criterio. Pelusso hizo entrar a Pereiro por Porta, y el juvenil tuvo un buen desempeño, enloqueciendo al lateral izquierdo de ellos, pero le faltó compañía.
Con el paso de los minutos, Oriente Petrolero empezó a tomar el control
del partido y generó dos o tres chances claras de gol que definieron
mal. Cerca de los 20 minutos, tras expulsión de uno de sus zagueros por entrada imprudente sobre Alonso (a mi entender, aunque la jugada fue rápida y pareció dura, viéndolo en la TV dio la sensación de que no era para amarilla), ellos se quedaron con uno menos, pero de todas formas el encuentro no cambió y aunque teníamos uno más, ellos fueron más peligrosos y nosotros cada vez parecíamos estar más cerca del K.O..
Sin embargo, cerca de los 35 minutos apareció por fin el Chino (quien había entrado por Calzada cuando ellos quedaron con uno menos), y tras una pared con Alonso, la pelota derivó en De Pena, quien remató duro, a las manos del arquero, pero a este se le escapó el balón y terminó en las redes para que nos pusiéramos 2-0. El Chino había arrancado mal, y en sus primeras intervenciones lanzó pelotazos sin ton ni son, pero luego que Munúa dio un par de gritos para que jugaran por abajo, todo el equipo -en especial el propio Chino- mejoró su juego.
El gol pareció liquidar anímicamente al rival, y bajo la batuta del Chino, ayudado por Pereiro y Alonso, tuvimos varias chances para liquidar el partido. Pero no lo hicimos, y luego que el árbitro añadió dos minutos de descentos, Oriente Petrolero jugó sus últimas cartas, lanzando centros, y en la última jugada, una pelota sobró a Díaz y Scotti y le quedó a uno de ellos, solo, quien tiró cruzado y desviado, errando el gol que nos hubiera dejado afuera.
Varios casi nos morimos ahí mismo en esa última pelota, pero por suerte no entró, y logramos la clasificación a la Fase de Grupos de la Copa Libertadores por 18va vez consecutiva.
Creo que mentiría si digo que el equipo jugó bien. Hubo pincelazos de buen fútbol, pero dentro de un panorama de mucho descontrol, de desajustes defensivos, de subidas sin criterio y de jugadores que no saben aún cómo generar peligro. Todos salvo Alonso, dieron la sensación de ser inofensivos. Apenas Pereiro en el segundo tiempo presentó dificultades a la última zona rival -además de Alonso- y la verdad es que hay que mejorar muchísimo para pretender llegar lejos en el plano internacional (no sería desacertado decir que Oriente Petrolero jugó mejor que nosotros durante los 180 minutos de esta llave, por ejemplo, y lo que nos espera será mucho más difícil aún).
Igualmente el compromiso de los jugadores está más que presente, y con un poco más de rodaje seguramente logremos aceitar el funcionamiento tanto ofensivo como defensivo.
El domingo jugamos contra Rentistas en el Parque, para seguir en la punta del Clausura y de la Tabla Anual.
Vamo' Nacional!
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