Hace unas horas caímos en el clásico por 3 a 2, sin jugar a absolutamente nada más que "a lo que salga".
La diferencia en el planteamiento de juego de ambos equipos fue tal, que de no haber mediado dos errores defensivos del CAP, el resultado hubiese vuelto a ser un humillante 3-0 (o peor). La sensación en la cancha fue que nuestros jugadores no tenían ni la más mínima idea de cómo generar peligro al rival, ni contra quién jugaban. No sabían si tal o cual jugador rival era veloz, hábil, marcador, alto o bajo.
Y así nos hicieron tres goles de la forma más fácil del mundo. Pases en velocidad a un delantero que, corriendo, le sacaba 10 metros en 5 segundos a cualquiera de nuestros zagueros. Y que todos (salvo nuestros jugadores) sabíamos de antemano que ese era su fuerte.
Nosotros, en cambio, y luego de cinco o diez minutos en los que intentamos jugar a algo, lo único que hicimos fue tirar pelotazos desde la mitad de la cancha (o antes) directo al área rival.
Yo no sé si esa fue la idea del técnico (lo cual sería estúpido), o si fueron los jugadores quienes desobedecieron al DT e hicieron lo que quisieron o pudieron. Cualquiera sea el caso, lo que me queda claro es que el DT es incapaz de hacer que este equipo juegue a algo. Hubiera sido tan sencillo abrir uno o dos jugadores por los laterales para mandar centros desde mejor ubicación; pero no, sólo juntamos 4 tipos en la medialuna rival y les tiramos pelotazos sin ton ni son.
E igualmente logramos descontar (gracias a que la defensa de ellos es lamentable, por cierto).
Para colmo, en una actitud estilo Carrasco, el DT hizo tres cambios a la misma
vez, y dio aún más la sensación de que sus instrucciones eran "¡a lo que
salga, muchachos!". Un verdadero desastre, que no puede ser tolerado en un club que aspira a salir campeón.
Lo de esta tarde fue absolutamente triste, poco profesional. Y la dirigencia tiene que tomar medidas urgentemente, antes de que ocurra algo como salir campeones del Apertura gracias a otros resultados, y que este cuerpo técnico inexpresivo salve su puesto injustificadamente.
Basta de no jugar a nada. Basta de fingir que porque ganamos algunos partidos por obra y gracia de una genialidad individual tenemos un equipo que merezca ser campeón. Le hemos ganado (y sufriendo) sólo a los equipos débiles, y hemos perdido contra todos y cada uno de los rivales que tienen 2 ó 3 jugadores buenos (Defensor, Danubio, el CAP, Liverpool -la única excepción fue River-).
Y no nos olvidemos de Garcilaso, y de Barcelona de Guayaquil, del clásico pasado, de la pretemporada con promedio de 4 goles en contra por partido, del amistoso con Atlético Madrid en el que no pasamos la mitad de la cancha en 90 minutos, etc.. Estas, creo yo, son cosas que dejan más que en claro de que no vamos hacia ninguna parte. Las cosas buenas no han sido ni remotamente comparables con las cosas malas que nos ha tocado ver bajo esta conducción téncica.
Volviendo a hoy, lo único rescatable del encuentro fueron los huevos y el corazón de Arismendi, quien además hizo un gol y terminó muerto, y los intentos alocados de Calzada, en un equipo que no tuvo ideas en ningún momento. El resto fue peor que lamentable.
La semana que viene jugamos contra Cerro en el Parque, y obviamente hay que ganar o ganar, como siempre; pero, más que nada, hay que demostrar de una buena vez que somos un buen equipo de fútbol y que podemos ilusionarnos con grandes cosas, y no sólo con ganarle a 3 ó 4 cuyos jugadores cobran la vigésima parte que lo que cobran los nuestros.
Vamo' Nacional igual!
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