Ayer empatamos 2 a 2 ante Fénix y aún no sé bien si rescatamos un punto o perdimos dos; ni sé bien si merecimos más o merecimos menos.
Por un lado, pienso en los primeros 30 minutos del partido, en los que Fénix nos bailó de una forma que hacía tiempo no veía. No tiramos al arco en esos treinta minutos, no generamos peligro, casi no tuvimos la pelota. El 2-0 que nos hicieron ellos en ese momento era una cifra corta para lo que se veía en la cancha: Fénix, al momento de hacer el segundo gol, había errado 4 goles clarísimos (dos mano a mano con Bava, uno abajo del arco sin golero y un tiro dentro del área con Bava caído que se fue afuera). Si Fénix hubiera sido contundente y no hubiese fallado ningún gol, a los 15 minutos podríamos haber estado perdiendo 4 a 0, y a los 30 6 a 0.
Realmente la diferencia de juego, velocidad, ímpetu, marca y categoría en esa primera media hora había sido más que notoria: Fénix nos dio cátedra, indiscutiblemente, de cómo se debe jugar al fútbol.
Sin embargo, por otro lado, cuando descontamos (en nuestro primer tiro al arco: un tiro libre de Recoba a los 37 minutos) ellos empezaron a flaquear, no fueron los mismos, y pudimos haber dado vuelta el partido sin problemas. Sólo nos impidió ganar el partido nuestra falta de puntería (Albín erró dos goles), y, por sobre todas las cosas: el árbitro.
La expulsión de Dorrego en la hora de la primera mitad debe formar parte de una "Antología del Pésimo Arbitraje": nuestro juvenil no sólo va a disputar una pelota sin saber que viene alguien, sino que ni siquiera toca al jugador rival (y sí, me da la sensación, a la pelota) e incluso baja el pie para no ir "en plancha". El árbitro lo expulsa porque su pierna cae sobre la pierna del rival. Muslo contra pantorrilla. ¿Amarilla por la imprudencia? ¡Creo que ni siquiera! Roja, indudablemente, fue el desatino más grande de la carrera del "perro" Silvera (una carrera ya de por sí marcada por desatinos constantes).
Para completar la Antología del Pésimo Arbitraje, en el segundo tiempo el propio árbitro no cobra un penal estúpido sobre Albín (muy muy estúpido, porque Albín tiró el taco, ¡pero el rival le pega en la pierna de apoyo! ¡Inútil, tonto, pero penal!) y, para rematar lo que podría llamarse "Show del Chiste" le anula un gol al propio Albín por una mano inexistente desde todo punto de vista.
Han ocurrido manos, con el brazo separado al cuerpo, a las cuales cuando la pelota rebota absolutamente de forma accidental -como fue el caso- no se las cobra... Pero en el caso de ayer, ¡ni siquiera fue mano! ¡La mano de Albín -y todo el brazo- estaba pegado contra el cuerpo! ¡La pelota da más en el hombro que en el brazo! Una verdadera vergüenza.
Es por eso que este partido me dejó una sensación ambigua: por deméritos propios pudimos perder por goleada el primer tiempo, porque jugamos espantoso; pero en última instancia, por deméritos del árbitro, no pudimos dar vuelta un partido jugando injustamente con un hombre menos (y posteriormente con dos menos).
Sobre el juego del equipo, quiero destacar la entrega, especialmente en el segundo tiempo; lo bien que entró Albín, juntándose con Abreu como nadie más sabe hacer en este plantel (Albín recibió todos los pelotazos bajados por Abreu), la firmeza de Lembo (salvo cuando tiene que correr, como sucedió en el segundo gol, siempre metió el piecito en el sitio justo y salvó varias cargas del rival), el intento encomiable (aunque infructífero) de Sánchez de ser un nexo entre el medio campo y los puntas, y la pegada de Recoba (aunque necesitamos a alguien más levantando córners, porque él no sabe hacerlo).
El primer gol de Fénix fue un descuido en las marcas en un tiro libre, que permitió a Vigneri cabecear sobre Bava; y el segundo fue un contragolpe perfecto en el que Waterman le sacó varios cuerpos de ventaja a Lembo, quien encima con la izquierda no pudo hacer nada. Nuestros goles fueron un tiro libre magnífico de Recoba (tras falta sobre Sánchez) tirado al palo del arquero; y el empate fue un centro rastrero de Recoba mal despejado por la defensa, que le quedó a Albín casi sin oposición. Luego de eso, el gol mal anulado, un tiro libre de Recoba en el palo y un sin fín de contragolpes de ellos desaprovechados de forma poco creíble, en especial en los minutos finales, cuando ya jugábamos con 9 jugadores contra 11.
Jugamos con Bava (se le puede recriminar algo por el primer gol, pero tuvo otro partido soberbio); Núñez (velocidad, entrega, escasa capacidad técnica, más de una vez no volvió a marcar, dejando expuesto a Lembo... lo de siempre en él), Lembo (no pudo en velocidad en el segundo gol, quizás falló en la marca -como todos los demás- en el primero; pero fue un león y sacó mil pelotas... por momentos era él contra el mundo en la defensa), Álvarez (hizo lo que pudo, no es zaguero y se nota) y Díaz (correcto partido, con alguna desatención y con mucha proyección no siempre bien aprovechada por los compañeros); Dorrego (correcto partido hasta que fue injustamente expulsado; cortó muchas pelotas y las sirvió generalmente bien) y Romero (horrible pasando la pelota, en el segundo tiempo mejoró en la marca, y en el primero tuvo un cabezazo que dio en el travesaño; no fue un gran partido de él); Recoba (con buenas y malas: dos tiros libres impecables, varios buenos pases, pero otros pases malos -especialmente en el primer tiempo- y una absoluta incapacidad de enviar bien un córner); César (entró poco en juego, fue solidario en la marca, pero impreciso en ataque), Abreu (no la tocó en el primer tiempo, lo habilitaron siempre mal, pero en el segundo bajó mil pelotazos de forma generalmente correcta -especialmente con Albín juntándose con él-) y Sánchez (intentó, luchó, se mostró, pero le salió casi todo mal... igualmente es loable lo que hace en cancha, fue el único -aparte de Recoba- con criterio para moverse, recibir e intentar algo). Ingresaron Albín (lo hizo muy bien, lástima el par de goles errados y el gol mal anulado, pero fue auspiciosa la manera en la que se juntó con Abreu), Bueno (lamentable partido, otra vez... no entiende que su función es picar al vacío o triangular con los compañeros... él sólo agarra la pelota y corre, intentando eludir al rival -a veces lo logra, pero la mayoría de las veces no-; no es Maradona como para intentar eso... e igualmente Maradona pasaba la pelota como los dioses, algo que él no sabe hacer bajo ningún concepto) y Damonte (entró para fortalecer la marca, cuando expulsaron a Álvarez por segunda amarilla, tuvo un buen partido, marcando como loco e intentando llevar al equipo adelante pese a la desventaja numérica). Los que salieron fueron Sánchez (yo hubiera sacado primero a César, a ver si Sánchez podía juntarse mejor con Albín), César (por Bueno, aunque quizás lo mejor habría sido por Alonso... esto dicho ya con el diario del lunes) y Abreu (yo no lo hubiera sacado, hubiera sacado a Recoba o incluso a Bueno, porque lo mejor de nosotros en ese momento era la dupla Abreu-Albín).
En definitiva, desperdiciamos una gran chance de depender de nosotros. Estamos a 4 puntos de los líderes, a 7 en la anual, y a mayor diferencia aún del resto a nivel futbolístico. Ayer Silvera nos robó el partido, pero por cómo jugamos en el primer tiempo, debimos haber perdido bien... de hecho, si jugamos tan horrible como ayer, vamos a perder muchos partidos en lo que queda del año y no sé cómo vamos a hacer para ganar uno solo.
Es la realidad: no jugamos a nada. A huevo, como en el segundo tiempo, no alcanza.
De todas formas, vamo' Nacional!
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