Un día como hoy, hace 113 años, nacía nuestro querido Nacional, un club que como ningún otro club en el país representa al pueblo uruguayo. Al pueblo humilde, trabajador, rebelde y apasionado de nuestro país. A ese pueblo que, tanto como nuestro club, ha sabido atravesar por momentos buenos y por momentos malos; ha sabido gozar en momentos de felicidad y ha sabido sufrir cuando todo iba mal, siempre luchando contra todo y contra todos para salir adelante.
Un club que fue el responsable de llevar por vez primera al Uruguay a lo más alto del fútbol mundial, y que también ha sido el último en brindarle gloria al país, por más que haya pasado mucho tiempo, siempre generando decenas y decenas de jugadores dentro del club que no sólo lo han llenado de gloria a Nacional, y al país, sino a muchos otros clubes de otros países (una lista interminable de ídolos exportados que van desde José Santamaría hasta Luis Suárez).
Un club que ya en su fundación luchó contra el establishment (los ingleses no le dejaron ingresar a la primera liga uruguaya) y que aún hoy en día lucha contra aquellos que quieren aprovecharse del fútbol para hacerse la América (magnates de la TV y traficantes de seres humanos mal llamados "representantes").
Un club que no necesita ni jamás ha necesitado vender espejitos de colores para ser el orgullo de toda su gente. Un club que no necesita títulos, premios, películas, certificados, encuestas ni nada para ser amado por millones de personas que siempre lo alentarán, que jamás le darán la espalda ni jamás le desearán mal o festejarán en su contra.
Salud, Nacional!
La historia viva más hermosa del fútbol mundial.
Un abrazo a todos los tricolores, siempre orgullosos de los colores que llevan en la piel, en la sangre y en el alma.
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