El sábado le ganamos 3-0 a Cerrito en un partido que, aunque mostró una mejor especialmente en lo anímico con respecto al fin de semana anterior, no deja demasiadas certezas de cara a futuro.
El encuentro, que había sido parejo y desprolijo, comenzó a resolverse en una polémica jugada iniciada por Jadson Viera en la mitad de la cancha (clara falta sobre un rival), que culminó con un pase largo a espaldas de los defensas a Medina, quien en su intento por definir fue fouleado por el arquero y el árbitro sancionó penal. Un grueso error del arquero de ellos, porque Medina no pudo dominar bien la pelota (e incluso al rematar el tiro le salió hacia atrás), y el propio Cacique transformó el penal en el 1-0.
Hasta ese momento habíamos sido más que el rival, pero sin demasiada profundidad, y ellos con un par de contragolpes habían generado algo de peligro, especialmente haciendo diagonales desde el sector de Rolín a espaldas de Viera. Jugaron con poca gente adelante, y sin desbordar mucho, pero igualmente nos hicieron daño por el centro, con velocidad.
Nosotros mostramos empuje por los laterales, con Abero metiendo mucho y Viudez (esta vez muy desconectado del resto) mostrando su habilidad e intentando quitarse de encima a los marcadores; pero la falta de juego colectivo fue llamativa. Vecino tuvo alguna intención de conducir al equipo en el arranque, pero se fue diluyendo rápidamente, Cabrera jugó muy atrás, y los laterales (Núñez y el juvenil Torres) subieron un par de veces pero sin lograr desbordar ninguno de los dos (de hecho, Torres en realidad casi no subió; Núñez sí, pero como siempre, lo hizo de forma muy poco criteriosa).
En definitiva, el 1-0 puso cierta justicia en el marcador; por la intención de tener la pelota más que nada, y no por el peligro generado, que fue escaso en ambas áreas. Y el partido pareció terminar de definirse cerca del final del primer tiempo, cuando el rival quedó con un jugador menos por una doble amarilla en una dura falta en la mitad de la cancha.
El primer tiempo terminó sin pena ni gloria luego del 1-0 a los 27 minutos, pero en la segunda parte mostramos una mejor cara (gracias al hombre de más) y consolidamos el triunfo.
Luego de 3 ó 4 oportunidades de gol malogradas, a los 20 Viudez se metió en el área desde la izquierda y tiró bajo para hacer el 2-0 que dio la sensación de liquidar todo; y a los 40' el chino Recoba volvió a hacer su ya clásica diagonal este 2011 en la media luna y con tiro fuerte, bajo y esquinado puso el 3-0 definitivo, que incluso pudo ser mayor porque tuvimos alguna chance más en los minutos finales.
Jugamos con Muñoz (no tuvo demasiado trabajo, apenas una atajada en el segundo tiempo y un par de intervcenciones en la primera mitad); Núñez (desprolijo, una síntesis del equipo), Viera (anduvo bien, aunque lento), Rolín (con personalidad, pero no siempre bien parado) y Torres (me gustó cómo marcó en su lateral); Vecino (empezó mostrando algo pero se diluyó pronto; sigue en deuda total en Nacional), Cabrera (más en la marca que en la creación, y es algo que pronto debe cambiar), Píriz (levantó un poco el nivel pero sigue lejos del del año pasado) y Abero (muchas ganas por la izquierda, generó un par de jugadas interesantes); Viudez (desconectado del resto del equipo, no tuvo un buen partido, pero es nuestra mayor carta ofensiva y sólo con eso logró destacarse) y Medina (mete y mete, pero sigue siendo un 9 de área sin altura y sin juego por bajo al que no habilitan bien nunca). Entraron Recoba, Bueno y Calzada. Recoba entró para ver si hacíamos el segundo y liquidábamos las cosas, pero no tuvo un gran desempeño en el juego colectivo; Bueno entró por un Vecino que aparte de mal en el juego estaba mal físicamente, y no hizo mucho tampoco más que chocar con los defensas; y Calzada entró para cerrar el partido faltando 15 y dándole solidez a la media cancha (para mí hoy en día es titular junto a Píriz).
En definitiva fue un partido que nos devolvió el alma al cuerpo, aunque lo jugamos más con el alma, con las piernas, corriendo, presionando, intentando, etc.; que con el cerebro. Fuimos desprolijos de principio a fin. Mucha presión a la pelota, poco movimiento sin pelota, ninguna sociedad y mucho individualismo.
Pero ganamos, y por ahora es lo que importa. Tenemos 4 partidos más para mejorar antes del clásico, que es todo lo que importa hoy en día.
Vamo' Nacional!
PD: mención aparte la hinchada, la cual fue en buen número (para lo que fueron los precios) y, a diferencia de otras, no dejó de alentar un sólo segundo (literalmente), y fue la que ganó el partido en definitiva.
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