Descuento esperanzador

Ayer perdimos 3-1 ante Cruzeiro en Belo Horizonte; y el resultado no parece ser del todo malo dado el trámite del partido.

Casi se podría resumir el asunto con una idea: regalamos el primer tiempo.

Cruzeiro nos dio una lección de fútbol dinámico en esos primeros 45 minutos y nosotros no dimos pie con bola. Un gol tempranero de Thiago Ribeiro, tras error de Coates que no pudo cerrar bien y lo dejó cara a cara con Muñoz, nos hizo el partido cuesta arriba.

¡Es lo que nunca se puede hacer contra un equipo brasileño! ¡Perder en el arranque! ¡Te pizarrean! ¡La tribuna enfervece en lugar de abuchear -lo hacen seguido-, y el equipo se agranda!

El propio Thiago Ribeiro (que es un jugadorazo: sabe cabecear, es hábil con la pelota, tiene pegada y, encima, es enorme pero rápido), tras centro cruzado que superó a Lembo, hizo el 2-0 de cabeza, y en un contragolpe a los 40 convirtió el tercero con tiro bajo ante la salida de Muñoz.

Fue una pesadilla. Cruzeiro tuvo la pelota todo el partido, nostros nos limitamos a la lucha incesante de Ferro en la mitad de la cancha, y a lo que pudiera hacer Regueiro contra las torres de ellos en ataque. Fue realmente poco lo que generamos; apenas algún corner o alguna falta. Nunca inquietamos al arquero de ellos.

Cerca del final de la primera parte se lesionó Varela. Y fue lo mejor que nos pasó en la primera parte, porque jugó muy mal (anda muy bajo, falto de timing, de velocidad y de todo; apenas se limita a esperar que la pelota le caiga del cielo para luego intentar algo... y no sabe muy bien qué intentar, la verdad). Por él entro Vera, quien, si bien pareció perdido en la cancha en lo que jugó de ese primer tiempo, en el segundo fue nuestro mejor jugador de ataque.

La segunda parte arrancó con Cruzeiro confiado y con nosotros mucho más rebeldes y activos. Un pase largo de Matute desnudó todos los problemas defensivos de Cruzeiro (los mismos que tenemos nosotros: una zaga lenta), y Vera ganó en velocidad para quedar mano a mano con el arquero. Pero el arquero atajó y, en el rebote, el propio Vera se apuró y tiró al arco en lugar de pasarla al medio, donde venía alguien (no sé si OJ, Regueiro o quién) solo.

Poco después, en un centro al área, Regueiro aguantó la pelota como los dioses, enganchó y la mandó a guardar. 1-3 y, la verdad, me ilusioné.

Seguimos jugando bien unos minutos más. Matute intentó desde el borde del área, luego Vera se apuró y tiró sin ángulo... Pero poco a poco Cruzeiro despertó del letargo.

Desde los 15 a los 30 minutos ellos tomaron el control otra vez del partido y nosotros apenas tuvimos un par de contragolpes. Y ya en los últimos 15 minutos (¡con Godoy en la cancha en lugar de Matute!) fue un peloteo de ellos, que buscaron el 4º como si estuvieran quedando eliminados (la verdad, repasando el partido en este momento, creo que tuvieron más chances de gol en la segunda parte que en la primera).

Faltando poco para el final del partido entró Pereyra por OJ. Algo que merece cierta reflexión: OJ ya no está rindiendo bien. Está excesivamente lento y cansado. No hace mucho más que ocupar espacios. Aunque, para mí, es el ídolo más grande que tuvo Nacional desde que soy conciente, parece ser hora de que otros tomen su lugar paulatinamente (Ferro, que ayer fue conmovedor cómo jugó; Calzada, etc.).

En definitiva, fue un mal resultado, pero pudo ser peor. Va a ser dificilísimo dar vuelta la llave, pero nada es imposible. La clave: matarlos desde el comienzo. Ponerlos nerviosos. No dejarlos ganar confianza. Los brasileños, con confianza, son invencibles. Un gol rápido seguro los pondrá nerviosos.

No sé si el partido se jugará en el Centenario o en el Parque, pero hay que transformar a cualquiera de los dos en un hervidero.

Ah... el domingo jugamos contra Cerrito, y pronto se define cuándo empiezan las finales. El CAP quiere que se jueguen el mismo día que jugamos contra Cruzeiro (si fuera posible), porque tiene miedo de que descansados les podamos ganar, pero puede que la primera sea el 16 de Mayo, o el 12, si quedamos afuera de la Copa.

Saludos!