Ayer domingo derrotamos en el Parque Central a Liverpool por 2 a 1.
El equipo no jugó muy bien que digamos (apenas algo de Guigou, Matute y poco más), pero tuvo una magnífica reacción luego de estar en desventaja, y dio vuelta un partido sumamente complicado contra quien iba puntero.
El primer tiempo fue nefasto. Si bien intentamos alguna cosa con Guigou y Matute tocando entre sí y lanzando a Núñez, Vera y/o Regueiro, no generamos ninguna chance de gol. Lo más parecido fue un pase notable de Morales a Núñez, quien fue derribado por un rival dentro del área (para mí, luego de verla por TV -y pese a lo que digan los "expertos"- pudo no ser penal, porque el jugador de Liverpool parece haber tocado la pelota).
Liverpool, bastante más prolijo que nosotros, tuvo algunas chances. Un par de tiros libres (uno directo, que dio en el palo; y otro en forma de centro que terminó cabeceado alto) y una atajada soberbia de Muñoz a quemarropa en un cabezazo; además de algún que otro centro con peligro, aprovechando que nuestros zagueros quedaban uno contra uno con los delanteros de ellos, y Matías Rodríguez no es muy alto que digamos.
En el segundo tiempo arrancamos un poco mejor, pero la tónica del partido siguió siendo mala.
Nuestra única chance de gol en los primeros 15 fue un regalo de un rival, que le permitió a Guigou tirar desde fuera del área. El golero rival terminó luciéndose ante el potente tiro.
A los 20 (o más o menos) en un contragolpe, Liverpool se puso en ventaja. Muñoz tapó un mano a mano con el pie, pero en el rebote hicieron el gol de cabeza.
A partir de entonces, el equipo mejoró. No sé si fue un cambio de actitud general o si la razón de la mejora fueron los cambios (Gonzalez y Balsas por Núñez y Vera), pero de ahí en más, metimos a Liverpool bajo su propio arco.
Primero erró un gol González, luego Balsas falló un cabezazo en el área chica. Hasta que llegó el gol de Matías Rodríguez, tras un centro desde la derecha que lo encontró sólo frente al arquero.
Lo increíble de ese gol es que fue jugada de cancha y teníamos a uno de nuestros dos únicos jugadores de zaga (los dos laterales habían salido del campo, Aranda por Blanco y Núlez -como ya mencioné- por Gonzalez) dentro del área rival. Todo mérito de él.
El equipo siguió buscando la victoria, pero descuidándose en el fondo. En un contragolpe, Guigou no pudo en velocidad con un delantero rival, y éste quedó mano a mano con Muñoz. Por suerte, intentó picar la pelota, y Muñoz la atajó.
Más adelante, y luego de un muy tonto tiro libre cedido por uno de ellos, encontramos el 2-1. Un centro que rebotó y que Lembo alcanzó a conectar desde el suelo.
Triunfo sufrido que nos deja primeros, pese a los 3 puntos que perdimos en los escritorios...
El sábado próximo, a las 7 de la tarde, llega el turno de otro invicto: River.
A llenar el Estadio!
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