
Un poco tarde, pero por fin toca hablar del partido que jugamos el martes contra River en el Monumental.
Fue un buen partido de Nacional. Luego de unos primeros 15 minutos en los que River nos dominó y tuvo unas tres chances de gol (una increíble en la que lo erraron 4 veces casi en el área chica y un par de disparos desde el borde del área), el equipo se paró bien y controló el partido, reduciendo las pocas chances de gol del rival a tiros lejanos o a algún centro -sobre todo de pelota quieta- que en general no terminaron en nada.
River planteó bien el partido, insistiendo por el lado derecho de nuestra defensa, donde Matías Rodríguez se muestra muy poco sólido, y en base a triangulaciones ganándole las espaldas a Arismendi u OJ se acercó al área. Afortunadamente ni Fabbiani ni Falcao anduvieron a la altura y fueron generalmente absorbidos por Victorino y Romero.
De nuestro lado hubo un gran partido de Medina, que ganó todo por arriba durante todo el partido y aguantó muy bien la pelota para dársela a Matute o Lodeiro y así triangular con ellos. Gran partido de Pereyra (quien entró luego de la lesión de Fernández) tanto en la marca como en el ataque, otro gran partido de OJ, quien barrió con todo en la mitad de la cancha e incluso tuvo resto para en los últimos 20 minutos irse al ataque repetidas veces y crear peligro (sobre todo por la izquierda) y muy bien todos en general, incluso Rodríguez, pese a haber sido el punto débil del equipo.
El primer tiempo, luego de esos 15 ó 20 minutos de dominio local, fue parejo. Ambos equipos repartieron llegadas al área rival, aunque justo es decirlo que ellos las culminaron mejor.
El segundo tiempo siguió con la línea de paridad e incluso nosotros fuimos un poco más ambiciosos en el ataque; tanto así que las chances de gol más peligrosas de River en el complemento fueron todas contragolpes (en general no del todo bien culminados, puesto que casi nunca pisaron el área y prefirieron tirar desde lejos).
Luego de los 10 minutos de esa segunda parte, el equipo comenzó a mostrarse un poco más cansado. Sobre todo Lodeiro y Matute, el primero de ellos dejando de subir y el otro (que jugó de punta junto a Medina) comenzando a replegarse y ahí dio la sensación de que River podía llevarse la victoria. Pero poco a poco fueron ellos los que se cansaron y ya después de los 20 ó 25 minutos el dominio del partido fue enteramente tricolor.
Lodeiro, quien ya había tenido dos o tres chances favorables de gol en el partido, tuvo otras dos clarísimas en esa segunda mitad del segundo tiempo: un mano a mano con Barboza que definió con un globito por sobre el travesaño y un tiro desde el borde del área que dio en el palo derecho del propio arquero. Medina tuvo también una chance clara de gol que no pudo definir tras un centro desde la izquierda luego de varios toques del equipo por ese sector, Domínguez tuvo otra en una pared dentro del área con Medina, Blanco tuvo un tiro tapado por el arquero y hubo un sinfín de aproximaciones con peligro de OJ, Mondaíni (que entró por Matute) y hasta Pereyra.
River en los diez últimos minutos parecía entregado. Los defensas no pararon a nadie y, cuando sí lo hacían, siempre pasaron mal la pelota, regalándosela a OJ o Arismendi, la mitad de la cancha -que había marcado poco en general- fue fácilmente vulnerada por cualquier jugador nuestro que se animara a ir para adelante y, salvo momentos de desbalance nuestros producto de ir al ataque, los atacantes no crearon demasiado peligro en la recta final.
En definitiva fue un partido que por momentos se vio difícil pero que lo controlamos bien, en el cual creo que el empate fue un resultado justo, pero que dio la sensación de que si se jugaban 5 minutos más lo ganábamos.
Con este punto estamos casi clasificados a la próxima fase. Con un punto nos bastaría, pero incluso perdiendo ambos partidos que nos quedan es muy difícil que quedemos afuera...
Más adelante prometo escribir sobre sobre los días previos, la fiesta en las tribunas -fuimos 8 mil personas que agitaron casi tanto como las 20 mil del rival-; la caravana tricolor desde Pellegrini y Libertador hasta el Monumental; y también sobre algunas curiosidades posteriores a los 90 minutos que creo que valen la pena.
Saludos.
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