
Ayer por la noche hubo fiesta en el Estadio Centenario. Le ganamos 3 a 0 a quien -pese a no estar en uno de sus mejores momentos históricos- es uno de los equipos más fuertes del continente: River Plate.
No se le ganó aplastándolo -de hecho, el resultado es demasiado abultado para lo que fue el trámite- pero se le ganó bien. Cerrándonos en el fondo cuando las cosas venían feas, marcando a muerte cada pelota, corriendo en toda la mitad de la cancha para no dejar mover a nadie del rival y yendo al ataque siempre que se pudo, faltándole el respeto a un rival superior en los papeles.
El partido empezó con un River mejor parado, más despierto, con mejor toque y mayor velocidad en el juego, pero Nacional respondió bien y no pasamos sobresaltos, hasta que nos acomodamos mejor y empezamos a atacarle.
La tónica del primer tiempo fue River con la pelota más tiempo que nosotros, pero falto de profundidad. Sólo llgearon al arco gracias a algún destello de Fabbiani pivoteando, alguna apilada de Falcao aprovechando que Matías Rodríguez sigue siendo nuestro punto débil, pero que murió en la nada porque el colombiano no pasó una pelota y siempre el último defensa se la sacaba; y un mano a mano de Gallardo merced a un error defensivo grosero fue todo lo que supo hacer la visita en ese primer tiempo. Nosotros fuimos menos incisivos aún, justo es decirlo. Un tiro libre de Romero y algunos centros que quedaron en nada... de todas formas la sensación era que ambos equipos cambiaban ataque por ataque.
El gol llegó tras una subida por el medio de Romero, un pase al área que Medina bajó hacia atrás a Álvaro Fernández -otra vez figura en el equipo- quien tiró cruzado contra el palo.
El 1-0 fue demasiado premio en un primer tiempo que fue jugado con mucha intensidad, pero chato en cuanto a ideas en ofensiva.
El segundo tiempo empezó igual que el primero, con River proponiendo, pero esta vez Nacional no sólo fue capaz de neutralizarle, sino que salió con mucha más fuerza e ideas a contragolpear. Básicamente, la segunda parte se caracterizo por un ida y vuelta constante, y fue en esa segunda parte que reunimos los merecimientos como para llevarnos el partido: porque River casi no pisó el área, apenas tuvo unos 3 ó 4 tiros de media distancia y algún centro siempre neutralizado por la defensa (nota al márgen: Fabbiani ganó todas las pelotas aéreas en el primer tiempo, pero en el segundo Victorino y Romero lograron neutralizarle pese a los 15 centímetros menos de altura que tienen); en tanto, nosotros tuvimos no menos de 5 llegadas con peligro
El 2-0 -que liquidó el partido, ya que a partir de allí River acusó cansancio- fue un fugaz contragolpe que culminó Lodeiro con tiro esquinado desde izquierda a derecha, que Barboza no pudo contener del todo bien... en el Estadio se dijo que el gol fue de Lodeiro, ESPN dijo fue del arquero en contra y algunas crónicas dicen que Medina terminó metiéndolo -para mí, el gol fue de Lodeiro, porque Barboza no pudo evitarlo, pero no se lo hizo en contra y Medina no la tocó (lo digo sin haber visto el partido por TV)-.
River apeló a algunos cambios ofensivos, pero ni éstos ni la previa entrada de Buonanotte por Gallardo cambiaron favorablemente el panorama para la visita.
Ya en la última pelota (literalmente), tras una falta sobre el Morro García (que derivó en la expulsión del mismo por reaccionar antideportivamente), Victorino puso el 3-0 con un magnífico tiro libre por afuera de la barrera que dejó parado al no del todo seguro Barboza.
Fue un gran triunfo de Nacional, uno de esos que invitan a creer que se puede volver a aspirar a grandes cosas. Fernández y Lodeiro tuvieron un gran trabajo (igual lo han hecho mejor en otros partidos, pero ayer fueron inteligentes a la hora de jugar y tuvieron ida y vuelta), Medina y Mondaíni no desentonaron (aunque al segundo le faltó el último puntillazo para generar peligro), Arismendi regresó a su nivel acostumbrado, OJ es un león -verdaderamente impasable y ahora hasta se ha acostumbrado a meter pases fantásticos-, Domínguez muy bien subiendo y su mejor partido en la marca este año, Victorino y Romero sacaron todo lo que les pasó cerca, Rodríguez tuvo un mal primer tiempo, pero ajustó las marcas en el segundo y Muñoz, pese a que tuvo un pequeño error en un tiro de media distancia, fue muy seguro en los centros y tuvo más de una atajada muy buena.
Si el equipo sigue así, reitero, podemos ilusionarnos...
Saludos.
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