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lunes, 7 de diciembre de 2015

Sin convencer

Ayer derrotamos a Liverpool 3 a 2, como dice el título, sin convencer en absoluto.

Había que ganar y ganamos, pero no alcanzó para ser campeones, porque el CAP también ganó en distendido y casi amistoso encuentro en el Estadio Centenario.

El título, además, sirve de resumen de lo que ha sido este semestre para Nacional: un semestre sin convencer en absoluto.

La victoria de ayer creo que fue justa, pero se concretó sólo tras un penal mal cobrado y eso, al menos en lo personal, acentúa la sensación de que este equipo no tiene gol si no pasa algo raro (penales, entreveros en el área o eventuales jugadones individuales que se dan cada mil años) y que es sumamente vulnerable en el fondo.

La actitud y la intensidad no faltaron ayer, como en todo el campeonato; pero volvimos a ser un equipo estáticamente desordenado. Es raro, uno supondría que los equipos estáticos son ordenados, pero nosotros hacemos pedazos esa noción intuitiva jugando con un 4-2-2-2 con escasa movilidad y aún así nos agarran mal parados todo el tiempo.

Empezamos presionando al rival, pero en el primer contragolpe llegó un tiro libre y nos hicieron el 1 a 0 tras un quedo defensivo protagonizado por Amaral. Ahí el partido se complicó y nos llegaron un par de veces (generalmente con tiros libres), dando la sensación de que estábamos más cerca del nocaut que de ganar el partido.

Pero pronto el partido cayó en un pozo casi depresivo y no sucedió demasiado destacable hasta el minuto final de la primera mitad, cuando llegó el primer penal (una tonta mano de Macalusso en el área, en una jugada en la que también hubo un empujón contra Abreu -pensé en un principio que había cobrado eso-), y el Loco hizo el empate.

Pasada la hora, Liverpool se perdió el segundo; y recién comenzada la segunda mitad llegó el 2 a 1 nuestro gracias a un pelotazo que le quedó a Nacho González, y éste corrió, corrió y corríó sin oposición y remató cruzado. Nacho fue lo único positivo del equipo ayer, y creo que está clarísimo que debe ser titular.

Lamentablemente, traso otro quedo defensivo (Polenta salió tarde, habilitando a medio pueblo) Liverpool empató relativamente rápido y volvió a sumir el partido en nerviosismo y torpeza.

Poco después, papelito le dio un pase filtrado al Colo Romero, y éste se tiró en el área ante la salida de Bava. El juez cobró penal (absurdo) y Abreu hizo el 3 a 2 definitivo.

Luego Liverpool se sacó a sí mismo del partido, con una expulsión innecesaria, y así mismo, 11 contra 10, estuvimos más lejos de liquidar el partido que de recibir el empate. De hecho, si nos hubiesen empatado, nadie podría decir nada. Fue pobrísima la labor defensiva no sólo de la línea de fondo, sino de Porras y Romero. Aunque no tanto por su culpa, quizás, sino por la sistemática manía de estirar el equipo onda 1960, que hace que nuestra mitad de la cancha no exista y si los delanteros no roban en la salida del rival, la pelota termina contra nuestra zaga (la zaga más insegura de América, lejos, y quizás del mundo).

En defintiiva, una victoria que no me dejó nada. Con el molde, sufrida innecesariamente, resuelta con jugadas caóticas (independientemente del acierto o del error del árbitro, me refiero a que no hubo juego claro o jugadas limpias de gol; todo a los empujones, pelotazos, muchas ganas, pero nada que quede para ilusionarse de cara al futuro).

Jugamos con Conde (nada que hacer en los goles, pero sigue dando sensación de inseguridad permanente), Fucile (poco, muy poco, para ser hombre de selección -o haberlo sido, porque con este nivel no volverá a la celeste jamás-), Malvino (lentísimo... es bueno en la marca, es prolijo en la salida, gana por arriba... pero es muy lento y cualquier jugador de menos de 38 años lo pasa como a un poste), Polenta (la desprolijidad de siempre esta vez le jugó en contra) y Espino (nada en ataque, aún menos en defensa); Porras (poco en comparación a lo que supo dar), Romero (entrega, como siempre, clave en el gol de la victoria, tuvo otro par de jugadas interesantes, pero es un resumen del equipo: caos, descontrol, poca aplicación defensiva); González (la figura, aunque no tuvo con quién jugar -quizás por eso el gol se dio por una jugada individual, porque pasársela a un compañero es infructífero siempre-) y Amaral (le falta muchísimo, no justifica ser titular en un equipo grande; en uno chico que busca vender, vaya y pase; pero nosotros buscamos ganar); Fernández (otro de los mejores, mucha energía y velocidad, pero la falta de claridad de siempre arriba, está a años luz de aquél definidor nato de hace 5 años) y Abreu (hizo los dos penales, peleó por arriba, pero no fue claro). Ingresaron Barbaro (por Amaral), Mascia (por Abreu) y Cabrera (por González); ninguno de ellos hizo demasiado.

En definitiva, fue un partido malo, en el que volvimos a dejar en evidencia nuestra fragilidad defensiva y nuestra falta de juego coordinado en ofensiva.

Ahora a pensar en la pretemporada de verano, a ponerse a punto para el Clausura, a trabajar mucho para corregir errores y buscar un rendimiento colectivo óptimo. Y a buscar alguna incorporación que potencie este plantel, que parece demasiado corto y falto de variantes como para pelear en dos frentes.

Vamo' Nacional!

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