Una vergüenza el segundo tiempo

Acabamos de perder contra Cerro en el Tróccoli, en un partido que rayó lo anodino por momentos, en especial en el primer tiempo, en tanto que en el segundo tiempo mostró una de las producciones más espantosas que tenga recuerdo de haber visto en el fútbol de cualquier parte del mundo.

En especial nosotros fuimos horribles. 45 minutos en los que rayamos el ridículo a extremos nunca antes vistos. Incapaces de dar dos pases seguidos, sin peso ofensivo, sin desborde, sin velocidad, sin marca en el medio, una defensa que dio ventajas permanentemente. Horrible. Lamentable. Un insulto al fútbol y a la gente que fue a la cancha, especialmente a la nuestra.

El primer tiempo no había sido muy bueno, pero los cambios en la segunda parte fueron el acabose. Casi me recordaron a esos partidos de verano entre gente famosa donde entran y salen jugadores sin mucho sentido táctico.

Recoba nunca supo por qué entró a la cancha, ni donde tenía que pararse, ni qué tenía que hacer. Entró por Barcia, que no había influído por derecha, pero ni tocó la pelota y cuando la tocó hizo cualquier desastre.

Luego entraron Fucile y Taborda, el primero para tomar el sol por derecha y el segundo para hacer sombra en el área.

No da para comentar el partido, la verdad. El primer tiempo fue más o menos lo de siempre, aunque nos paramos ligramente diferente: 4-4-2 con Fernández y Alonso arriba y De Pena haciendo bulto en el medio por izquierda (en serio, si no hubiese jugado no se habría notado, un desastre, incluso peor que en el clásico, falto absolutamente de movilidad, de ganas de jugar) y Barcia volanteando por derecha (algo que definitivamente no es lo suyo).

Pero hicimos más o menos lo de siempre: buscar por los laterales, tirar centros, presionar en el medio, proyectar los laterales.

En el segundo tiempo no hicimos nada de eso. Sencillamente no hicimos nada. Cerro nos hizo un gol rápido y el partido se acabó.

Apenas queda destacar los minutos finales en los que pudimos presenciar hilarantes encontronazos de Taborda contra los defensas que hicieron las delicias de grandes y chicos.

En definitiva, le dijimos adiós al campeonato Clausura y de la forma más poco profesional que haya visto. No hicimos siquiera el esfuerzo de ganar el partido para seguir peleando. Fue tristísimo y vergonzoso. Y si esto es muestra de lo que nos espera para la definición del torneo, estamos perdidos.

Lo mejorcito del equipo fue Gorga. El resto, lamentable. Incluso Porras mostró una faceta increíblemente penosa durante todo el partido, perdiendo pelotas tontas, no llegando a cerrar la mitad de las veces.

En fin... esperemos que sólo haya sido un afloje pos-clásico, porque si la Semifinal la jugamos así, vamos a sufrir horriblemente.

El sábado que viene jugamos contra Juventud, en un partido que sólo sirve para la estadística, pero en el que hay que ganar o ganar, como siempre.

Vamo' Nacional!