Hace unos instantes caímos ante Boca Juniors por 1 a 0 en el Estadio Centenario, en el segundo amistoso exigente de pretemporada.
El partido fue bastante malo, y yo diría preocupante, porque jugamos ante un pésimo rival que no jugó a nada, que si se le saca la camiseta y se le pone otra, no puede ganarle a nadie en su propio país, y al que no fuimos capaces de vulnerar en los 90 minutos.
El equipo inició con Munúa (tuvo alguna buena intervención, pero prácticamente no lo exigieron), Fucile (poco, tiró los tiros libres, apenas entró en juego de cancha), De los Santos (algo desprolijo, pero veloz en los cierres, como siempre), García (intentó ser la voz de mando en el fondo) y Espino (jugó menos que en otros partidos, subió poco); Romero (impreciso en los pases, algo más prolijo trasladando y con más marca que cuando se fuera del club hace un año), Arismendi (tuvo un buen primer tiempo, empezó a desfallecer en la segunda mitad como si se tratara de un veterano al borde del retiro -la pretemporada puede tener algo que ver en esto-); y González (sigue a años luz de lo que se espera de él); Barcia (no tuvo un buen partido, le costó asociarse con Alonso), Alonso (luchó, ganó y perdió, estuvo enchufado pero los compañeros no lograron habilitarlo bien; por momentos fue el responsable de trasladar la pelota y eso no es bueno, él debe ser quien defina las jugadas, no quien las cree) y Pereiro (chispazos, algún buen pase, pero poco más).
El primer tiempo fue pobre, pero intenso, hubo alguna chance de gol de nuestra parte al final, pero poco y nada. Tuvimos más la pelota, dominamos el medio, pero nos diluímos llegando al área rival. Nos faltó movilidad arriba, cambio de ritmo y alguien que inventara algo diferente a lanzar la pelota al área a ver qué pasa. Fuimos más, pero nada del otro mundo.
En el segundo tiempo Boca cambió la actitud y comenzó mejor, pero poco a poco le fuimos tomando los puntos y lo controlamos, e intentamos generar peligro con pases largos. Volvimos a ser el típico equipo que no llega con juego elaborado: fuimos puro pase largo a ver si alguien de arriba le ganaba a la defensa en velocidad y lograba generar algo.
Igualmente, conforme pasaban los minutos, fuimos volviendo a dominar el partido y Boca apeló más que nada al contragolpe. Pasada la hora, Arismendi hizo una falta al borde del área, hicieron una jugada de pizarrón básica que no supimos defender y nos ganaron el partido.
Fue preocupante el nivel que mostramos, porque alguien dirá "perdimos con Boca", pero este Boca es menos que la gran mayoría de los equipos de acá (sí: los que jugaron contra nosotros no son más que un Wanderers o River Plate, por poner un ejemplo). Y no tiene nada de malo perder, lo que sí es preocupante es que prácticamente no generamos peligro y no se vio nada de fútbol colectivo en ataque.
Por suerte sólo se perdió un amistoso.
Queda mucho por hacer y habrá que ver cómo llegamos al comienzo del Campeonato Apertura en menos de un mes.
Vamo' Nacional!
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