Ayer derrotamos al descendido Miramar Misiones, y gracias a algunos resultados de hoy, aunque nos despedimos definitivamente del Campeonato Uruguayo 2014, al menos quedamos terceros en la Tabla Anual y seguimos con firmes chances de jugar la Copa Libertadores 2015.
Sobre el partido de ayer, decir que aunque no jugamos un gran partido, la intención de juego fue saludable, en un contexto de ida y vuelta con tintes casi amistosos o de pretemporada, y merecimos la victoria plenamente.
Desde un comienzo se notó que Miramar, descendido y sin presiones, se dedicó a jugar de forma más que digna, casi cambiando ataque por ataque (pese a la formación defensiva), pero le faltó peso ofensivo. Fueron escasas sus chances de gol y, aunque nosotros tampoco generamos demasiadas claras y sólo pudimos definir el encuentro cuando ellos se quedaron con 10 hombres, hicimos méritos durante todo el partido como para conseguir la victoria.
Sobre la expulsión del jugador de ellos -que causó cierto revuelo- debo decir que me pareció exageradísima. Que el jugador pagó por los pecados de otros: el árbitro se había mostrado poco dispuesto a sacar amarillas en faltas previas de Miramar que ameritaban, y en esa ocasión pasó al extremo opuesto y sacó una roja cuando con amarilla estaba bien. Hubo además al menos dos penales no sancionados para nosotros y varias jugadas desopilantes en las que cobraron saques de meta en claros córners o laterales para uno cuando era para el otro. El arbitraje uruguayo, indudablemente, se merece no estar en Brasil 2014.
El equipo formó con Munúa (no tuvo que atajar ninguna, sigue mostrando algunas dudas saliendo a los centros y es desesperante como sale siempre en corto); Benegas (no le desbordaron mucho y hasta se dio el lujo de subir varias veces, muchas mal, pero la mayoría con criterio), Scotti (buen partido), Coates (el más seguro atrás, otra vez, buscó permanentemente el gol en los córners y fue desestabilizado un par de veces en el área) y Espino (solvente en la marca, subió constantemente aunque lo buscaron poco); Calzada (uno de sus mejores partidos en mucho tiempo) y Arismendi (algo pasado de revoluciones, pudo irse expulsado en el primer tiempo por doble amarilla, pero se serenó luego y fue un león como siempre); Pereiro (dos grandes definiciones en los dos primeros goles, se mostró igualmente algo errático en el traslado de la pelota: sigue sin desprenderse del esférico en el momento justo, lo retiene demasiado, y casi siempre lo pierde; igual es innegable su categoría), Barcia (alternando con Pereiro la posición de puntero derecho y con Nacho González la de 9, no brilló como contra Cerro, pero fue siempre una amenaza por su velocidad y constante esfuerzo ofensivo por la banda), González (partido sin luces ni sombras, hizo un trabajo casi mudo, pero sumamente aplicado y con criterio, lo cual se valora) y De Pena (alternó buenas con malas, hizo el tercer gol, fue el más participativo del ataque y quizás la figura fundamental en un partido donde nadie brilló por sobre el resto).
En definitiva, un buen triunfo. Justo, merecido. Un triunfo que nos muestra que vamos por buen camino (lástima que sea el final de una mala temporada, y no el comienzo de algo bueno).
Si derrotamos a Fénix en el Centenario el sábado que viene, quedaremos terceros en la Tabla Anual, sin importar qué hagan los demás. Si Danubio y Wanderers son los que disputan las finales del uruguayo, entonces podremos estar en la Libertadores 2015. Pero, hay que ganarle a Fénix, no olvidemos lo que sucedió en el Apertura...
¡Vamo' Nacional!
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