¡Bicampeones!

Ayer, en un Estadio Centenario repleto, derrotamos a Defensor por 1 a 0, y nos consagramos bicampeones uruguayos, en un partido tenso y duro en el que creo que a la larga merecimos ganar. Como también merecimos ganar este campeonato de principio a fin, merced a grandes remontadas tanto en el Apertura como en el Clausura y a dos triunfos clásicos épicos en todo sentido.

En el partido consagratorio formamos con Bava; Núñez, Scotti, Rolín y Placente; Cabrera, Píriz, Calzada y Recoba; Porta y Viudez.

En los primeros minutos, con la defensa bien parada controlando los tímidos intentos violetas, y con Píriz molestando permanentemente a Olivera, fuimos dominadores de las acciones. Si bien nos faltó el toque final para definir las jugadas, controlamos la pelota gracias a un trabajo excepcional de Calzada (quien no sólo marcó, sino que hizo también las veces de enganche, pidiendo la pelota constantemente para juntarse con Recoba o Cabrera), así como los propios Cabrera y Recoba. Porta se movió bien arriba y Núñez subió por su lateral, dando más opciones de juego.

Lamentablemente a los pocos minutos de juego se lesionó Viudez en una jugada que se pidió falta, y debió ser sustituído por Vicente Sánchez. Vicente arrancó enchufado y peleando las pelotas como podía pero, y aunque Viudez no había hecho demasiado en el partido, perdimos un arma fundamental en ataque y poco a poco Defensor fue ganando protagonismo.

Scotti se cansó de sacar pelotas por arriba, Bava tuvo alguna atajada sin demasiados problemas ante tiros de afuera del área o cabezazos débiles, y cuando peor estábamos pasándolo, llegó el gol. Un contragolpe por la izquierda, bien ejecutado por Sánchez, quien antes había tenido otro que terminó mal, y una chance clara de gol en la que no se animó a tirar al arco. Vicente se sacó de encima a su marcador, vio que los defensas se iban con Porta, y se la dio al Chino que venía de atrás. El Chino no se puso nervioso y definió de forma magistral sobre el arquero rival, quien terminó sentado en el suelo.

En los últimos minutos Defensor pareció golepado y tuvimos alguna chance de hacer el segundo gol, pero finalmente no sucedió.

En la segunda parte empezamos mejor y con desbordes por derecha de Porta o quien subiera por allí, generamos algunos tiros de esquina y tuvimos un par de chances de hacer el segundo gol, una de las más claras de parte de Píriz, quien no pudo darle dirección a su cabezazo.

Poco a poco, sin embargo, nos fuimos cansando. Placente, luego de un par de errores en la marca, se lesionó y fue sustituído por Torres (quien dio algunas franquicias en su sector, hasta que se acomodó en la cancha). También Cabrera salió por Damonte, lo cual nos dejó con un jugador menos en la creación y en la función de tener la pelota. Si bien Cabrera no anduvo del todo bien y fue opacado completamente por Calzada tanto en la marca como en la tenencia de la pelota, Calzada ya estaba cansado. Eso nos dejó con tres volantes de marca estáticos y con Recoba como único enlace de los puntas.

Defensor, entonces, empezó a generar peligro. Tuvo dos goles anulados, creo que en forma correcta, por offside y metió muchas pelotas en el área, agigantando la figura de Scotti, que sacó todo por arriba.

Poco a poco el partido se fue terminando, Defensor se quedó sin piernas, Olivera, ofuscado, hizo más por irse expulsado que por generar el gol (realmente debió irse expulsado por una dura falta cuando ya tenía amarilla y por una mano intencional más adelante). La gente en las tribunas no paró de cantar en esos últimos minutos y el equipo dio sus últimas energías para consolidar la victoria.

Con el pitazo final se desató la alegría, los jugadores dieron la vuelta Olímpica dos veces (una antes de recibir la copa, y otra después) y festejaron con las 4 tribunas repletas de tricolores (sobre esto, me sorprendió y hasta me emocionó el festejo de Vicente Sánchez).

Un partido intenso que significó el merecido festejo en una temporada que fue maravillosa en lo local por cómo se dieron las cosas, por cómo se ganó el Apertura, cómo se dieron los clásicos tanto oficiales como amistosos, y cómo el grupo mostró una personalidad y una unión impresionantes.

Ayer las figuras fueron el Chino, Scotti, Calzada y Píriz, pero todo el plantel rindió en buen momento cuando más se necesitaba. El cierre de campeonato del pichón Núñez ha sido buenísimo también, Rolín se ha afianzado como nadie, Viudez en su mejor momento es imparable, y los jugadores que vienen de las juveniles responden. Lo que aportó Jadson Viera antes de la lesión. Las atajadas de Bava en el clásico. Todos respondieron cuando les tocó.

Y la que siempre respondió fue la gente, pese a que este año empezó todo mal tanto en el Apertura como en el Clausura, no dejó de apoyar al equipo, con esperanza en que la situación se iba a revertir. Y en definitiva eso fue clave, porque contagió al equipo y le hizo sentir que se podía ganar el Apertura y que se podía recuperar la Tabla Anual pese al mal comienzo del Clausura y al bajón futbolístico en la Libertadores.









¡Salud bicampeones!

Vamo' Nacional, lo más grande del Uruguay, lejos!