Sin jugar bien, derrotamos ayer 2-0 a Rampla en el Estadio Centenario, y llegaremos al clásico con una victoria.
Si el CAP no llegara a ganar hoy, incluso podríamos (insospechadamente) llegar al partido más importante con chances de reales de salir campeones. ¡Habrá que cruzar los dedos!
El equipo formó con Muñoz (quien se notó algo lento y temeroso en su regreso de la lesión); Núñez (atropellado como siempre, esta vez no subió demasiado), Viera (lo mejor del fondo), Torres (de zaguero no brilló tanto como de lateral, y eso que es su posición de origen) y Placente (probablemente sus últimos minutos como profesional, no cumplió una buena actuación y le sacaron una amarilla que lo deja fuera del clásico); Cabrera (opaco, intentó algo en el primer tiempo), Calzada (se comió la mitad de la cancha), Píriz (opacado por Calzada, igualmente marcó a todo el mundo, aunque lo noté desprolijo a la hora de entregar la pelota); Peralta (empezó bien, pero con cada tiro que no le salía se fue apagando), Abero (hizo un gol pero jugó de sus peores partidos) y Medina (fue una figura nominal, perdido de 9 en el área). Ingresaron Bueno y Recoba (por Abero y Peralta) en el arranque del segundo tiempo; Recoba casi no tocó la pelota, y Bueno hizo el segundo gol y luego fue nuestra única carta de ataque. Más adelante ingresó Vecino por Cabrera, pero hizo poco y nada.
En los primeros 15 minutos fuimos agresivos y superiores al rival. Tuvimos un tiro de Peralta desde la medialuna luego de una pelota que bajó Medina, un cabezazo de Píriz tras pelotazo de Peralta, que salió muy al medio; y un tiro libre de Peralta desde lejos que salió bien esquinado al primer palo.
Rampla no había hecho más que un contragolpe mal culminado, pero a partir de entonces empezó a llegarnos. Hubo un tiro desde lejos y malo de Núñez a los 20 y luego un contragolpe en el que fallaron en el último pase dentro del área o nos hubieran hecho el gol. Hasta los 35, el partido fue mediocre y apenas una pelota robada por Abero a los 32 pudo significar el gol para nosotros, pero definió cayéndose y el tiro le salió mal.
Luego de eso, si bien no jugamos bien, fuimos nuevamente insistentes. Peralta cabeceó una pelota perdida al borde del área, luego tuvo un tiro libre a los 41 que pasó cerca del ángulo, y a los 43 llegó una patriada de Calzada, pero falló en el último pase.
A los 44, cuando parecía que el primer tiempo se moría en un mal 0 a 0, una corrida por derecha de Cabrera terminó en un centro al segundo palo, donde Abero apareció sin marca para hacer el 1-0.
El segundo tiempo fue un calvario.
Desde el primer minuto, Rampla fue más. Sin proponérselo, en realidad, pero nosotros estábamos dormidos, desconectados, con el equipo partido entre 6 atrás que no subían y 4 arriba que no bajaban. Apenas tuvimos un mal tiro de Bueno a los 7 minutos. Rampla, aunque tuvo la pelota, no generó demasiado. Un centro mal tirado se le cerró a Muñoz, que tuvo que mandarla al corner cerca de los 20 fue todo lo más peligroso de Rampla; hasta que llegó el toque de atención más importante: una jugada de Novick por la izquierda de nuestra defensa, nuestros zagueros terminaron desparramados en el suelo, Núñez quedó mal colocado, y Espiga recibió sólo frente a Muñoz, pero su tiro se fue elevadísimo.
Era más fácil errarlo que hacerlo.
Por suerte, dos minutos después, un pelotazo fue bajado por Medina en el área, un defensa despejó mal, y Bueno pudo hacer el 2-0 a lo pescador.
Luego de eso Rampla pareció morir. Si bien tuvo la pelota no generó mucho más riesgo que un nuevo gol errado por Espiga, quien tardó en darse vuelta casi sobre el área chica. Nosotros, de contragolpe, pudimos haber hecho el tercer gol, aun cuando jugamos rematadamente mal. Una corrida de Bueno por izquierda terminó con tiro cruzado al corner, y luego un tiro de Recoba pasó cerca.
El partido poco a poco se fue yendo, con un Rampla nervioso que no sabía crear chances de gol y con un equipo nuestro que parecía jugar con 8 jugadores, no sabiendo hacer dos pases seguidos.
No fue de las mejores preparaciones para el clásico, pero igualmente ganamos y la esperanza sigue viva.
Vamo' el bolso! El domingo que viene hay que ganar o ganar!
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