Ayer se nos escapó el Campeonato Uruguayo.
Si bien, por como estaba jugando el equipo este año, no fue más que la crónica de una muerte anunciada; y si bien el rival fue muy superior en cuanto a volumen de juego en ambas finales (y en los 4 clásicos que jugamos en estos últimos 30 días, incluso el que ganamos) por la actitud puesta en el campo de juego dio la sensación de que se pudo ganar.
No voy a hablar mucho del partido, sólo puedo decir que ellos dominaron ampliamente las acciones desde el primer minuto, pero les faltó profundidad y no nos hicieron daño. Nosotros, cuando lográbamos quitarles la pelota, tuvimos alguna llegada con peligro. Sorprendió la aparición de Ferro por izquierda, desbordando y mandando centros; pero en general el equipo lució desarmado y desconectado.
Igualmente, en un córner, un error defensivo de ellos le permitió a Lembo hacer el 1-0 que ilusionaba.
El resto del primer tiempo siguió la misma tónica que hasta el gol: ellos con la pelota, nosotros defendiéndonos y contragolpeando cuando podíamos, con pelotazos que el Morro intentó ganar contra defensas más altos (y ganó varios).
El segundo tiempo empezó igual que el primero. Ellos con sus sociedades por las bandas, con su velocidad; nosotros bien parados en el fondo y con pelotazos buscando algún espacio para generar peligro.
Curiosamente, cuando ya comenzábamos a controlar al rival luego de unos 15 minutos de dominio neto de ellos, y empezábamos a controlar la pelota; una jugada de Pacheco (para mí con foul inicial contra Coates, pero no escuché a los "especialistas del fútbol" hablar de eso) permitió a Aguirregaray quedar solo frente a un tímido Muñoz y llegó el empate.
Iba la mitad de la segunda parte y el equipo sintió el golpe. Lo único que nos dio pie para salir a buscar el segundo gol fue la expulsión de Ramírez (tardía a mi entender, debió ser expulsado mucho antes) faltando 10 minutos, lo cual hizo que ellos se metieran en el fondo.
Acevedo hizo cambios, entraron Pereyra, Blanco y Balsas por Matute, Ferro y González; y el equipo se fue todo arriba, con Lembo de 9 y Coates la mitad del tiempo arriba también; con lo cual apelamos a meter la pelota en el área y regalarnos en el fondo.
A la desesperada y todo, tuvimos algunas chances de gol claras. Dos de Coates que tapó Sosa (aunque ambas, creo, se iban afuera), un cabezazo de Balsas que dio en el ángulo y cuyo rebote Coates dio en el travesaño, y una del Morro que no llegó a conectar en el área chica (en la que le cobraron mal un offside).
Pero la pelota no entró y encima nos expulsaron a Blanco sin razón aparente, con lo cual fuimos muriendo de a poco.
Duele bastante perder finales y duele bastante perderlas contra el clásico rival; y, lamentablemente, nos estamos acostumbrando a perderlas. Pero nadie puede negar que el equipo dejó todo (pese al evidente cansancio de jugar dos partidos por semana durante abril y mayo) y que en los clásicos nosotros levantamos el nivel y ellos se desmoronaron y no supieron jugar como lo hacían contra otros clubes. No perdimos el campeonato contra el CAP, sino contra los demás equipos que nos quitaron puntos durante este nefasto año 2010.
Aparte de eso, hubo otras razones de fondo: Matute nunca tuvo un socio, Regueiro apareció poco, jamás triangulamos, jamás hicimos 1-2 por las bandas, no hubo juego coordinado en ataque... Fuimos un equipo desconectado que apeló a las patriadas y al corazón de cada uno para ir a buscar el gol.
Y aún así pudimos haber ganado.
Como dije en el título, una lástima; pero hay que mirar al futuro, ver qué plantel armamos para el próximo campeonato e intentar recuperar el título de campeones.
En las victorias o en las derrotas, siempre orgullosos de ser bolsos.
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